Acabada, y espero que no olvidada para que no vuelva a repetirse, la nefasta y aciaga época de Fernando Puche al frente de La Malagueta como gestor, toca darle la bienvenida a aquellos que han tomado las riendas de la misma para intentar reflotar un barco que, a día de hoy, hace aguas por muchos frentes. Mucho se habló en cuanto al proceso de adjudicación de la plaza en tanto en cuanto se veían venir empresarios antaño titulares y que tampoco dejaron muy buen regusto en la afición, fantasmas de continuar una línea ya iniciada hace muchos años y que nada nos beneficiaba.
La reputación y el buen hacer de una sociedad solvente y con un proyecto fiable y de futuro como es la Casa Chopera dio lugar a que los Hermanos Martínez se convirtieran allá por el pasado mes de diciembre en nuevos empresarios del coso de Reding lo que en mí despertó un hilo de esperanza y alegría al ver como por fin desembarcaba en Málaga una empresa seria, que supongo estará a la altura de las circunstancias, de la historia y del prestigio que otrora tuviera esta plaza y que ciertos empresarios han tirado por los suelos cual pescado podrido.
El tiempo dará o quitará razones y avales a cada cuál pero, a priori, nada puede ser mas esperanzador que el proyecto presentado, la intención de recuperar festejos y devolver lustre a nuestra ciudad en lo taurino es una propuesta de lo más gratificante. No obstante, hay varios frentes abiertos los cuales debe solucionar más pronto que tarde la Casa Chopera y que, según mi humilde criterio, son:
- El ganado; ¿habrá ganado de primera o borregos de primera?, sabemos que no va a venir lo que va a las grandes plazas de España como Madrid, Pamplona o Bilbao pero tenemos afición (reducida), historia y un prestigio ganado a sangre y fuego que es preciso que vuelva a relucir cómo para tener que aguantar otro año más ganado de saldo, novillos pintados de toros, mulos con cuernos y animales, en definitiva, sin cuajo, trapío ni presentación. Necesitamos ganado digno para darle fuste y dignidad a la fiesta en estos momentos tan críticos con un G-10 de figuras de pitiminí y unos antis irrespetuosos y malvados que para nada respetan la voluntad del que piensa distinto. El tema ganadero ha sido un mal endémico en la fiesta malagueña los últimos años. Esperamos que la cartelería sea eso carteles de TOROS y no de toreros. SIN TORO NADA TIENE IMPORTANCIA, NADA ES VERDAD Y NADA TIENE EMOCIÓN.
- La Malagueta; ¿habrá tiempo de devolverle su estado original a los corrales?, es una verguenza que la 5ª ciudad de España presente tan lamentable aspecto en uno de sus edificios históricos declarado BIC. ¿Por qué siempre los malagueños tenemos que aguantar lo que nos venga aunque sea una chapuza infecta y un hazmerreir para el resto de España? Es un deber de la administración, en este caso la Diputación como propietaria y del empresario como explotador del inmueble, de atajar de una vez por todas este mal que no hace otra cosa sino dañar nuestra imagen. Otro aspecto a resaltar es si se adecentará también los interiores de la plaza con baños deteriorados, paredes húmedas, puertas rotas y con insectos y malas hierbas que crecen por doquier en los tendidos y cualquier rendija.
Creo que no estoy exigiendo nada sino, más bien, reclamando justicia y reparación por el daño causado estos años atrás por políticos y empresarios a Málaga y su fiesta. Los actos y gestos, a día de hoy, de la Casa Chopera para con Málaga y su fiesta pintan muy bien. Espero que los próximos carteles de la Corrida Picassiana y el Domingo de Resurrección sean acordes a lo que merecemos y necesitamos en Málaga.
Como he reflejado en el título de mi escrito suerte y ¡¡al toro!!
Germinal García