En Catalunya se está viviendo actualmente un hecho insólito. Se está intentando por todos los medios el derecho de decidir, como hace unos años las sufragistas hicieron revindicando el derecho de la mujer a votar…
Evidentemente, antes y ahora hubo resistencia, controversia y hasta conflicto. Resistencia al cambio, nada más! Entonces, en el caso de la mujer, se apeló a las leyes y normas para bloquear su innegable derecho a participar de la Democracia. Ahora en Catalunya se apela a lo mismo y lo impide una ley hoy desfasada de la realidad y que no contempla ni siquiera la posibilidad de que una comunidad o colectivo minoritario apele a su inapelable derecho por decidir qué quiere o no en su vida, en su país o en su gobierno…
Si en el caso de las mujeres se hubiera preguntado solo a los hombres la posibilidad o no de votar las mujeres, seguramente se hubiera privado de algo que era un derecho evidente y que, de paso, hacía universal el derecho de votar en una democracia que, por definición, necesita la participación de todos y que, de esa manera, no descriminaba a un colectivo esencial como es el de las mujeres.
En el caso de Catalunya, para rechazar el derecho se apela a la Consitución, que fue pactada por consenso en un momento político de transición y, por tanto, que solo tuvo el objetivo de evitar una involución hacia una nueva dictadura militar, pero desoyendo los rasgos más básicos de una democracia que se debe al pueblo. Para ello, su redacción se puso en manos de los hoy llamados “padres de la Consitución” que, sin desmerecerles, cumplieron su objetivo de salvaguardar la transición pacífica, al coste que fuera.
Pero el mundo cambia a cada instante y una Democracia debe adaptarse a él y, en lo posible, crecer como Sistema, acogiendo la cada día mayor diversidad, multiculturalidad y la participación, más allá de las consultas electorales cada 4 años. La incorporación de los jóvenes, la mayor madurez y formación de los ciudadanos y los cambios demográficos habidos (como la existencia de expatriados e inmigrantes, por ejemplo) exigen cambios radicales e inmediatos.
Y ante el revuelo causado por Catalunya y su lucha por decidir qué, cómo y a dónde pertenecer, si a España o ser independiente y valerse por sí misma, se me ocurren varias preguntas previas que creo que cualquier ciudadano debe plantearse y decidir hoy, en momentos de profundos cambios en la sociedad. ¿Están los ciudadanos españoles de acuerdo con la Consitución actual o preferirían realizar cambios en su esencia, para adaptarse mejor a una realidad completamente diferente? ¿Qué votaría hoy el ciudadano si se votara a favor o en contra de la Consitución? ¿Monarquía o República? ¿Qué votaría el ciudadano si se le preguntara sobre la pertenencia o no a la Comunidad Europea, habiendo visto que la idea original se ha ido desfigurando con el tiempo y que la Comunidad hoy no es más que un cúmulo de intereses de ciertos países por controlar al resto e imponer sus intereses económicos, habiendo logrado segregar una Europa a dos velocidades, la de los ricos y la de los pobres? ¿Qué votarían hoy los ciudadanos si se les preguntara sobre la pertenencia a la OTAN, viendo que ésta encubre los intereses de la gran potencia mundial que es USA, que es quien marca las actuaciones en el mundo entero y la legalidad o no en ciertos países, aunque detrás no haya más que intereses estratégicos y/o comerciales?
Creo sinceramente que las cosas cambian y que actualmente estamos viviendo un momento único e irrepetible, cuya característica fundamental es el cuestionamiento de todo lo que se ha creado hasta ahora, dados los resultados y lo mejorable de un Sistema que se derrumba en manos de los poderes fácticos, económicos y que, a la vez, desoye al ser humano y lo denigra en muchas partes del mundo, además de degradar a marchas forzadas el planeta Tierra. Y eso no es más que el derecho a decidir que todos los ciudadanos del mundo tienen como seres humanos plenamente responsables y soberanos de su vida y del modelo de región, país, continente o vida que quieren vivir…
Así, para mí hoy el Sufragio Universal no es solo que cualquier minoría o grupo pueda votar y cuestionar lo existente hasta ahora, sino que se pueda votar y decidir sobre cualquier tema que afecte a los ciudadanos, a su vida y a su futuro…
Pero no hay que dudar, cuando se propone un cambio, siempre hay resistencia y miedo, signo evidente de que el cambio es a mejor, firme e inevitable…