La llegada de un nuevo miembro a la familia siempre debería ser una buena noticia, pero antes, cualquier mujer tiene por delante nueve meses de gestación en los que su cuerpo sufre una auténtica revolución interna. Los sofocos o la sensación de pies fríos en el embarazo son síntomas muy comunes en las mujeres gestantes.
¿Por qué ocurre y cómo podemos remediarlo? Si estás embarazada, ¡sigue leyendo y te contamos cómo cuidar de la salud de tus pies durante esta etapa!
¿Es normal tener los pies fríos en el embarazo?
La sensación de frío o calor es muy habitual durante las primeras semanas de gestación, aunque no afecta de la misma forma a todas las mujeres. Muchas afirman sentir una sensación de frío generalizado, mientras que en otros casos puede aparecer una sensación de sofoco o calor intenso. ¿Por qué las mujeres gestantes sufren de pies fríos en el embarazo? La causa fundamental son los cambios hormonales que sufre el cuerpo femenino durante estos meses, en los que aumenta la producción de progesterona y descienden los estrógenos.
Como resultado, el cuerpo de las mujeres en estado sufre una alteración en la forma en que percibe el calor y el frío. Sentir los pies helados en el embarazo es uno de los síntomas más comunes, que puede verse agravado si nos sometemos a cambios bruscos de temperatura o emociones intensas.
En general, sentir los pies fríos durante el embarazo no es un problema grave, a no ser que venga acompañado de otras patologías como fiebre, dolor abdominal o escozor al orinar, que podrían ser indicios de infecciones u otros trastornos. En estos casos, siempre es recomendable consultar con tu médico para asegurarnos de que todo va bien.
¿Cómo afecta el embarazo a nuestros pies?
Durante la gestación, el cuerpo de la mujer sufre infinidad de cambios, pero, ¿cómo afecta este estado a nuestros pies? El aumento de peso a medida que avanza el embarazo y el cambio en el centro de gravedad provoca una mayor presión sobre la zona de los talones, que hace que las mujeres embarazadas se muevan y caminen de una forma diferente. Esta redistribución del peso puede provocar también dolor en la planta del pie y el hundimiento de la bóveda plantar, especialmente durante el primer trimestre.
Además de la sensación de pies fríos en el embarazo, los cambios hormonales asociados a este estado también pueden dar lugar a alteraciones en la regulación de la humedad corporal, lo que hace aumentar la sudoración.
Otro de los problemas más habituales entre las embarazadas son los edemas en los pies y los tobillos, que se hinchan como resultado de la retención de líquidos por la compresión del útero sobre las venas que rodean a la pelvis y la vena cava. El crecimiento del útero hace que la circulación sanguínea en las piernas se ralentice y los fluidos se acumulen en los tejidos de los pies y los tobillos. Esta hinchazón es muy frecuente sobre todo durante el tercer trimestre de embarazo y suele empeorar al final del día o con el calor de los meses de verano.
Consejos para mimar tus pies durante el embarazo
Si estás embarazada, existen muchas formas sencillas para cuidar tus pies durante estos meses y conseguir que la gestación sea mucho más llevadera. Si estás cansada de sentir tus pies helados durante el embarazo, ¡aquí tienes algunos buenos consejos para remediarlo!
- Para aliviar los problemas de circulación sanguínea que afectan a los pies de las embarazadas durante estos meses, los médicos recomiendan no mantener la misma posición durante mucho tiempo, procurar tener los pies en alto y practicar ejercicio moderado, como pasear.
- A la hora de elegir tu calzado para estos meses, olvídate de la estética y apuesta por la comodidad. Durante el embarazo es habitual que los pies se hinchen, así que escoge unos zapatos amplios, que no te rocen ni te ajusten, preferiblemente con contrafuertes en la zona del tobillo, para asegurarte una buena sujeción. Las medias de compresión también pueden contribuir a mejorar la circulación sanguínea durante esta etapa.
- Como hemos comentado antes, el aumento de peso puede provocar un hundimiento en la bóveda plantar que, además de provocar molestias al caminar, puede convertirse en un problema crónico después del parto si no tomamos medidas a tiempo. Las plantillas para calzado son una solución muy práctica para evitar este problema, asegurándote una distribución adecuada del peso corporal a lo largo de toda la planta de pie, aliviando la presión en el arco plantar, el talón y el tobillo. De esta forma, también podrás prevenir sobrecargas en las piernas o dolores en la espalda.
- Si sufres de pies fríos en el embarazo, incorporar a tu calzado unas plantillas para el frío te será de gran ayuda para sentirte más cómoda. Las plantillas fabricadas en materiales naturales, como la lana, el algodón o el visón merino son una opción excelente para este problema, capaces de adaptarse tanto a calzado de invierno como de verano. Además de garantizarte un confort térmico óptimo, estos materiales transpirables también permitirán eliminar el exceso de sudor y mantener tus pies secos.
- Las duchas de contraste con agua fría y caliente, los baños en agua con sal o los masajes también son prácticas muy beneficiosas para mejorar la circulación de los pies de las mujeres en estado y conseguir que lleguen al final del día más frescos y descansados.
- La sudoración excesiva o la aparición de malos olores son otro problema habitual entre las embarazadas. Para solventarlo, lo más fácil es usar calzado y calcetines fabricados en materiales transpirables y unas plantillas para el frío que incluyan tratamientos antibacterianos o compuestos como el carbón activo, para eliminar el mal olor.
- Para terminar, ¡mantente bien hidratada, tanto por dentro como por fuera! Además de tomar agua y líquidos suficientes, recuerda cuidar de la piel de tus pies hidratándolos diariamente para evitar que se resequen o se agrieten.
Como ves, cuidar de tus pies durante el embarazo no requiere un esfuerzo excesivo. La mayoría de estos consejos deberían formar parte de tu rutina diaria de cuidados corporales, estés embarazada o no, aunque muchas veces olvidemos prestar atención a esta parte del cuerpo. Si además te equipas con el calzado adecuado y unas plantillas para el frío, que te aseguren un buen apoyo plantar, los pies fríos en el embarazo dejarán de ser un problema. ¡Pon en práctica estos consejos y disfruta de esta emocionante etapa de la vida, con total comodidad!
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