Revista Espiritualidad
"No te averguences, pues, de dar testimonio a favor de nuestro Señor; ni tampoco te averguences de mí, preso por causa suya. Antes bien, con las fuerzas que Dios te da, acepta tu parte en los sufrimientos que vienen por causa del evangelio". 2 Timoteo 1:8
Estamos tan acostumbrados a la violencia que se da en nuestros países, que ante el dolor humano nos hemos vuelto insensibles. Hay tanta violencia que la muerte ya no nos sorprende, es muy normal, es el pan nuestro de cada día. Tenemos que reflexionar que muchos se van sin Cristo, y esto debe ser una de nuestras grandes preocupaciones como cristianos que somos. Dentro de esta violencia que se vive, también los cristianos somos el blanco de aquellos que van en contra de nuestra fe.
En Hebreos 11:36-38 meditemos la forma como fueron perseguidos y maltratados muchos hombres por profesar la fe en Cristo: "Otros sufrieron burlas y azotes, y hasta cadenas y cárceles. Y otros fueron muertos a pedradas, aserrados por la mitad o muertos a filo de espada; anduvieron de un lado a otro vestidos solo de piel de oveja y de cabra; pobres, afligidos y maltratados.
Estos hombres, que el mundo ni siquiera merecía, anduvieron sin rumbo fijo por los desiertos, y por los montes, y por las cuevas y las cavernas de la tierra".
Hoy seguimos viviendo esta misma situación por profesar el evangelio de Dios. Hay muchas noticias y videos de distintos países donde se muestra la persecución a que son expuestos los hermanos en Cristo y la forma como son violentados y asesinados por su fe. Que el ejemplo de aquellos hermanos que por profesar la fe de Cristo y de los misioneros cristianos que exponen sus vidas por llevar el evangelio por pueblos y naciones, donde aún no conocen de CRISTO; sea una fortaleza, para que nuestra fe permanezca firme y constante, creciendo en Cristo Jesús.
Hoy te invito a elevar una plegaria a Dios y que esto sea un compromiso diario con nuestro Señor Jesucristo por todos los hermanos cristianos que son objeto de persecuciones, y maltratos por profesar y llevar el evangelio de Cristo Jesús Señor nuestro; no nos cansemos de orar cada día por estos hombre y mujeres que arriesgan su vida por Cristo.
Demos gracias a Dios porque muchos de nosotros podemos vivir una vida cristiana, donde aún hay libertad para predicar y enseñar la palabra de Dios.
No nos avergoncemos de ser cristianos y de dar testimonio de Cristo, Él dio su vida, para que nosotros tuvieramos vida eterna. Miremos siempre la cruz y no olvidemos que allí hubo un gran sacrificio por amor a nosotros. Nuestra gratitud debe ser la obediencia, y una vida de rectitud por amor a Él.
"Despiértate, tú que duermes, y levántate de entre los muertos, y te alumbrará Cristo.
Efesios 5:14
¡Cristo vive y nos ama!
Muchas bendiciones