Recordó a aquel amigo de su padre que años atrás decidió suicidarse por culpa de la quiebra de su empresa. Matías era joven, justo había acabado los estudios universitarios. El padre le pidió que lo acompañara al entierro. Cuando salían de la ceremonia, le dijo: todo esto ha ocurrido porque mi amigo olvidó qué hay que hacer para seguir vivo; tú escúchame bien, Matías, si alguna vez sientes ganas de morir, actúa por inercia hasta que se te pasen; siempre llega el momento en que uno se alegra de no haber muerto.
Leído en Que nadie te salve la vida de Flavia Company
Archivado en: humanoides Tagged: Flavia Company