Numerosas asociaciones españolas afirman que la mayoría de los suicidios se debe a los desahucios, pero si esos fueran los motivos este país sería mejor y menos cruel que los socialdemócratas norteuropeos, donde la gente que se quita la vida con mucha mayor asiduidad.
Ocho reputados psiquiatras acaban de señalar en la Revista Psiquiatría Salud Mental (Elsevier 2012;05:8-23. - vol.05 núm 01) que la ideación suicida en España es del 2,3 por ciento, relativamente baja frente a países aparentemente más justos y avanzados, como Noruega, que es del 7,4, y Finlandia, 9,8, o más homogéneos, como Irlanda, 14,6.
En España disponemos de una herramienta fiable para analizar todo tipo de datos sobre la realidad de estas muertes, el Instituto Nacional de Estadística.
Si buscamos “suicidios” aparecen múltiples menús que permiten descubrir, realmente, que estos hechos ofrecen pocas variaciones desde hace lustros.
Así, en 2006, uno de los años en los que el zapaterismo aseguraba que España estaba convirtiéndose en uno de los países más prósperos y justos del mundo, veremos que hubo 2.512 suicidios de hombres y 734 de mujeres, diferencia “de género” llamativa, cuyos motivos deberían estudiarse porque la proporción se repite año tras año.
Se asegura que desde 2008 hasta 2012 se produjeron casi 400.000 desahucios, cifra falsa, porque de la primera vivienda fueron menos de 5.000.
Pues sigamos con la secuencia que demuestra la inexistente correlación desahucio-suicidio: en 2008 hubo 2.676 suicidas varones y 781 mujeres.
En 2009, varones 2.666 y 763 mujeres; el año siguiente 2.456 hombres y 689 mujeres, y en 2011, último del que hay estadísticas, 2.435 hombres y 745 mujeres. Pronto aparecerán datos de 2012.
Los psiquiatras atributen estas muertes a distintos problemas mentales. El primero, a los dramáticos antecedentes familiares: suicidas descendientes de suicidas.
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SALAS