Miembros de la Asociación de Solidaridad Cuba-Suiza donaron a la provincia de Camagüey, Cuba, 50 hornillas solares, y financiarán la compra y el envío de materiales para el ensamblaje, en este territorio, de otro medio centenar.
Los donantes son cerca de 100 profesionales jubilados de ese país, unidos en el propósito de desarrollar este proyecto en regiones donde existen comunidades rurales sin electrificar, según cuenta Esther Dürremberger, profesora suiza jubilada.
Las hornillas solares se colocarán en comunidades rurales apartadas, en fincas de referencia en el quehacer agrícola y en centros escolares.
Compuestas de madera, láminas de aluminio y cristal, las cocinas pueden alcanzar una temperatura de hasta 170 grados Celsius y varían su diseño en correspondencia con la zona donde sean instaladas, debido al ángulo de incidencia de los rayos solares, subrayó la ex profesora, quien comparte su visita con Carsten Maegaard, arquitecto danés jubilado.
El grupo se considera Amigos del Medio Ambiente y continuadores de la Asociación Fördervereinfür Solar Korcher (FSK), pionera desde 1980, en la fabricación y distribución de miles de esas cocinas en países de África y América como Madagascar, Burkina Faso, El Congo, Perú, Bolivia y Honduras.
Sin embargo, no es Camagüey la zona menos electrificada de Cuba. En Holguín, el municipio de Sagua de Tánamo presenta el menor índice de electrificación. La burocracia oficial alega que “los elementos que influyen en el atraso del plan de electrificación son la falta de insumos, aditamentos y accesorios”. Vecinos de esta zona cafetalera por excelencia indican que cada vez que les ponen un plazo para electrificar pasa un huracán y los recursos son destinados a otras zonas.
Un 4 por ciento de la población cubana no tiene acceso al servicio eléctrico, pero la cifra real que representa este por ciento es una interrogante sin respuesta hasta este momento.
Con información de ACN y Diario de Cuba.
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