Cuando conoces una marca hay muchos motivos que pueden atraerte de ella. A veces es el producto, a veces sus profesionales y a veces su filosofía. En el caso de Sukhi lo fue todo. Sukhi significa feliz en nepalí y eso es lo que este proyecto pretende. Aseguran que lo más importante es hacer feliz a las artesanas que hacen sus alfombras y a los clientes que las reciben. Cada alfombra es única, una obra de arte hecha a mano por artesanas de Nepal, Turquía, India y Marruecos, y con materiales totalmente naturales. Además, son personalizables. Sukhi permite que fabricantes y profesionales elijan el tamaño, la forma, el diseño y los colores de las alfombras. De este modo podrás tener una pieza hermosa, respetuosa con el trabajo de las personas y adaptada a tu estilo. ¿Te animas?