Pasados un par de meses de las votaciones al Parlamento europeo se han echado en
falta análisis pormenorizados de los resultados, al menos de las grandes cifras
por Comunidades Autónomas y por partidos. Veámoslo en una primera aproximación
y, específicamente, qué ha pasado en Sumar y un cálculo sobre cuantos votos ha
podido aportar cada uno de sus partidos integrantes. En esta ocasión, un
acercamiento casi solo cuantitativo y que cada cual saque sus propias
conclusiones. Hay que tener en cuenta, en primer lugar, que cada convocatoria
electoral es diferente. Se puede tomar como referencia los resultados de los
partidos en los últimos años en las convocatorias electorales municipales,
autonómicas y generales pero solo muy relativamente. Para empezar el análisis,
en las elecciones a la UE la abstención siempre es mayor que en cualquier otra
convocatoria. En las últimas al Parlamento europeo la participación en España
fue del 49,2%, casi igual que la media de los países de la UE (51%), menor que
en cualquier otra convocatoria electoral. En las elecciones al Parlamento de la
UE, los datos oficiales del escrutinio dieron a Sumar 811.545 votos, el 4,7% del
total de los emitidos. Un resultado muy modesto por no decir de simple fracaso.
Se presentó como “Coalición Sumar”, conformada en estas elecciones por los
partidos Movimiento Sumar, Catalunya en Comú, Compromís, Izquierda Unida, Más
Madrid, Verdes Equo, Chunta Aragonesista, Iniciativa del Pueblo Andaluz, Nueva
Canarias-Bloque Canarista. Veamos primero un análisis por Comunidades Autónomas.
Hay bastantes diferencias entre unas regiones y otras. Las cuatro con más
población (Andalucía, Cataluña, Madrid y Valencia) aportaron un total de 562.498
votos, el 69,3% del total de los votos a Sumar en España, cuando la población de
estas CCAA supone 28,97 millones, el 59,6% del total de la población española.
Es decir, ha habido una diferencia aproximada de diez puntos entre el voto a
Sumar en estas cuatro CCAA y la media en España, que se corresponde con el
tradicional voto a las opciones más de izquierdas en las grandes áreas
metropolitanas y zonas densamente pobladas, mientras que en las Comunidades con
más población rural y dispersa los votos a la izquierda del PSOE son siempre
menos. Pero además entre estas CCAA ha habido también grandes diferencias en el
voto a Sumar (de más a menos): Comunidad Valenciana 150.142 (7,63% de los votos
emitidos en la Comunidad), Andalucía 148.120 (5,09%), C. de Madrid 161.405
(5,08%), Catalunya 102.831 (4,3%).
El debate en Sumar, la confección de las listas y los resultados Nos interesa sobre todo fijarnos en los datos absolutos y en la comparativa de
participación entre CCAA, porque es bien conocido que la abstención perjudica
más a las izquierdas y que el interés por votar va a estar influido directamente
por lo que haya ocurrido antes de las elecciones, básicamente en cómo se
confeccionan las listas y las semanas previas a la cita electoral, incluida la
propia campaña. Sumar, hasta ahora, no se ha querido reconocer a sí misma como
una coalición electoral aunque básicamente sea solo eso. Es decir, los
dirigentes de Sumar -Yolanda Díaz y su equipo próximo- impusieron una serie de
condiciones a los partidos si querían formar parte de la coalición electoral,
entre estas condiciones ha estado que las listas se pactaban por arriba,
justificándose primero en que el adelanto electoral de las generales de julio
2023 no daba tiempo a un proceso de primarias y de elección desde las bases, lo
cual hubiera exigido un nuevo censo común y un proceso amplio de construcción de
abajo hacia arriba, bien fuera en forma de frente amplio (partidos más personas)
o de creación de un nuevo partido político unitario. Este argumento fue
aceptable en julio de 2023 pero no lo era un año después, para las elecciones
europeas de junio 2024. Aun así los partidos de la coalición lo aceptaron ante
la perspectiva de que la única alternativa que se les dejaba era asumirlo o
salirse de la coalición Sumar. Pero pactar la elaboración de las listas por
arriba exige inteligencia, mesura y un buen encaje de bolillos, si no se quiere
cabrear a una parte de los partidos y que su afiliación decida en buena medida
quedarse en casa durante la campaña electoral, y anteriores votantes ídem el día
electoral. Parece ser que es lo que ha ocurrido si nos fijamos en los datos, más
en unas votaciones como las europeas donde la abstención siempre es muy elevada.
Aportaciones por partidos Veamos algunas aproximaciones a los votos que posiblemente han aportado cada
partido u organización a los resultados electorales de Sumar. Izquierda Unida es
la única organización con implantación estatal que queda en Sumar (después de la
salida de Podemos), salvo el muy minoritario Equo-Verdes. IU cuenta con
federaciones en todas las CCAA y, según sus datos publicados, en la actualidad
tiene 1.700 concejales, representación municipal en ciudades de todas las
provincias, con sedes, organización territorial, etc. La última vez que IU se
presentó sola a unas elecciones generales obtuvo casi un millón de votos, fue en
2015 en competencia con un Podemos en ascenso. Las últimas europeas en las que
IU se presentó sola fueron las de 2014, obtuvo 1.575.308 votos y Podemos
1.253.837, a pesar de la amplia abstención. IU es la fuerza mayoritaria de Sumar en todas las CCAA excepto en
Cataluña y comunidades de Valencia y Madrid. Hemos revisado los datos obtenidos
en las tres últimas elecciones regionales y han ido variando notablemente. Pero
está clara la predominancia institucional de Compromís frente a IU en la
valenciana y de Más Madrid frente a IU de Madrid. El caso catalán es más
complejo, la antigua IU catalana junto a Iniciativa per Catalunya están
integradas en Catalunya en Comú, pero si IU se hubiera presentado sola en las
elecciones de este año, sabiendo que es circunscripción única en toda España y
ningún voto se pierde, seguro hubiera obtenido un puñado de votos, al menos un
20% del total obtenido por Sumar en Cataluña. Así, para aplicar un cálculo
homogéneo, podemos considerar que en estas tres CCAA las fuerzas autonómicas
respectivas aportarían a Sumar cerca del 80% de los votos obtenidos, mientras
que en el resto sería al revés, con Andalucía a la cabeza, en las que IU
aportaría un 80% de los votos y el resto de los partidos minoritarios de Sumar
se puede considerar que aportan como mucho el 20% restante. Ya que quiénes están
en ese resto de partidos: Verdes-Equo, Chunta Aragonesista, Iniciativa del
Pueblo Andaluz, Nueva Canarias-Bloque Canarista y el nuevo partido creado por
Yolanda Díaz y su equipo denominado “Movimiento Sumar” (que crea confusión con
la Coalición Sumar pero ahí está con ese nombre) son muy minoritarios, nunca se
han presentado solos a unas elecciones generales (salvo la Chunta) ni a unas
europeas, por lo tanto aportan muy pocos votos al escrutinio estatal, pero
aportan prestigio a la Coalición Sumar e imagen de unidad, aportan también
visiones sectoriales positivas, como es el caso de Los Verdes. En algunas
encuestas con preguntas abiertas sobre intención de voto, estos partidos han llegado como mucho
al 2 o 3% de voto en algunas regiones. Estos cálculos incluyen un partido
imposible de determinar en intención de voto “Movimiento Sumar”. Si se hubiera
presentado este partido solo, sin IU, MM, Compromís, Comunes, etc. ¿qué votos
hubiera obtenido? Siendo generosos en los cálculos de intención de voto se puede
considerar que la suma de estos partidos minoritarios sería entorno al 15 a 20%
dentro de Sumar. Por supuesto esto es un cálculo discutible. Si lo
comparamos con elecciones anteriores, hay CCAA donde es posible que otros
partidos diferentes a IU han aportado más de un 20%, pero el voto a Sumar ha
sido tan escaso que el cálculo final no varía. Por ejemplo en Galicia Sumar ha
obtenido 23.159 votos al Parlamento europeo (un 2% de los votos en esta
Comunidad), por lo que lo aportado respecto al total de 800.000 es muy exiguo. O
Canarias donde en Sumar iban dos partidos regionales que es posible que
aportaran más de un 20%, pero Sumar ha obtenido un total de 27.127 votos, casi
igual que en Galicia, por lo que, a la hora de analizar cuanto electorado ha
aportado cada partido al resultado final de ochocientos mil, la variación con
estas regiones es casi nula. El nuevo cálculo en base a estos porcentajes nos da
las siguientes cifras (a partir de los resultados citados del escrutinio): -
Comunidad Valenciana 150.142 votos obtenidos por Sumar. Votos “aportados” por
Compromís: 120.113 (80%), por IU: 30.028 (20%). - Andalucía 148.120. Votos
aportados por IU (80%): 118.496. - C. Madrid 161.405. Votos aportados por Más
Madrid: 129.124, resto a IU, 32.281. - Catalunya 102.831. Votos aportados por
los Comunes (Catalunya en Comú) 82.264, resto a IU 20.566. - Resto de CCAA:
votos a Sumar 249.047, aportados por IU: 199.238 (80%). Si sumamos los datos
anteriores de IU nos da un total de 400.609 aportados a la Coalición, justo algo
más de la mitad del total de los votos obtenidos en Sumar. Consideramos que es
un cálculo muy moderado: IU ha tenido pérdida de votos en las convocatorias
electorales de la última década, pero no ha tenido ninguna crisis relevante, ni
bajas importantes o escisiones (a diferencia por ejemplo de Podemos). Aunque su
intención de voto en 2024 fuera la mitad de la de hace una década, IU tendría
medio millón de votos directos en unas elecciones generales y 787.654 en las
europeas si se hubiera presentado en solitario (recordemos que tuvo 1.575.308
votos en 2014). Así, el resumen de votos aportados por las principales fuerzas
políticas a Sumar en el parlamento europeo habrá sido, de más a menos:
Izquierda Unida 400.609. Más Madrid: 129.124. Compromís: 120.113. Comunes
82.264.
Todas estos estos cálculos, como decíamos, son muy discutibles. Seguro que más
de un votante de IU mientras los leía habrá pensado que deberían ser mayores
para esa formación, lo mismo habrán pensado el resto. Pero a nivel global, a
falta de estudios cualitativos y cuantitativos en profundidad, se aproximarán
bastante a la realidad. Ahora veamos la composición de la lista electoral
presentada por Sumar en las pasadas elecciones: Nº 1 de la lista: independiente,
nombrada por Yolanda Díaz (una persona desconocida para el conjunto del cuerpo
electoral). Nº 2: a propuesta de los Comunes, nº 3 de Compromís, nº 4 de IU, nº
5 Más Madrid. Cómo debería de haber sido, en base a los cálculos anteriores: el
nº 1 de IU, 2º de MM, 3º de Compromís, 4º de Comunes. Prácticamente lo contrario
a lo que se hizo. No entro a valorar la conveniencia o no de poner a personas
independientes en puestos de salida, esto se supone debería depender de su grado
de popularidad y de la aprobación por consenso de los partidos, en lo que, hoy
por hoy, es una coalición electoral. Se hicieran como se hicieran los cálculos
preelectorales se sabía que IU, con total seguridad, sería la fuerza que más
votos aportaría a Sumar, seguida de Más Madrid -que recogía también votos de
simpatía al extinto Más País en otras regiones.En conclusión, lo más
significativo es que la composición de la lista supuso un castigo directo a IU
-que por primera vez en la historia se queda sin representación en Europa, y a
Más Madrid, y un premio incomprensible a los Comunes catalanes, que desde la
propia creación de Sumar han controlado la coalición junto a Yolanda Díaz. En
este caso agravado por el escaso resultado y ser la única Comunidad importante donde
Podemos ha obtenido más votos que Sumar. Si a una fuerza se la humilla y
margina, como ha sido el caso de IU ¿se le puede pedir a su afiliación que
participe entusiásticamente en la campaña electoral? ¿que peguen carteles, que
sean apoderados, etc.? Respecto de la campaña en sí un par de detalles. En
Cataluña y en Comunidad Valenciana, junto al logo de Sumar aparecían los de los
Comunes y Compromís respectivamente. En la región madrileña, como en el resto,
no aparecía el de Más Madrid, ni IU, ni nada. Carteles solo con la foto de
Yolanda Díaz y de la candidata ocupando todo el espacio y, en una pequeña
esquina, el único logo de Sumar. Tenemos a la mejor ministra de Trabajo de los
últimos ochenta años, pero una exigua cúpula ha querido construir una nueva
organización marginando a los partidos que le han dado base y estructura, el
esqueleto y músculo de la nueva entidad. Así no se va ninguna parte. Esperemos
que en septiembre se empiece, de verdad y desde cero, a construir
democráticamente, de abajo hacia arriba, una nueva entidad, un frente amplio o
como le quieran llamar.