Cada vez que la economía se contrae o entramos en una época de crisis, aparecen soluciones alternativas que nos facilitan el acceso a financiación. Sobre todo después de la crisis bancaria que sufrimos hace unos años, y como los bancos no están pasando por su mejor década, las fintech dan un paso adelante con soluciones innovadoras para 1) aprovechar la oportunidad que la coyuntura les ofrece y 2) ofrecer a muchos clientes la posibilidad de que no estén en manos de los bancos.
Es el caso de spd, que en una web muy sencilla te permite solicitar un préstamo de forma prácticamente inmediata y además una tarjeta asociada a ese importe. Y es que en este tipo de operaciones, lo que el usuario quiere es velocidad. No quiere tener que pasar por el trámite de salir de su casa, ir a una entidad bancaria, explicar la situación y después esperar a la aprobación del mismo (en el caso de que ocurra). Ha de ser ágil, seguro y confiable.
La verdad es que me encanta todo lo que tenga que ver con la digitalización de cualquier industria, pero en el caso de la banca he sido y soy un fiel ejemplo del por qué los bancos han de cambiar su modelo de negocio más pronto que tarde. Sobran oficinas y sobra gente. Puede ser duro de digerir si estás trabajando en el sector bancario, pero hoy en día prácticamente todas las operaciones se pueden hacer desde el teléfono o desde otros dispositivos (portátiles, tabletas, etc).
Mi ejemplo, como os decía antes, es de libro. Desde que empecé a trabajar allá por el año 2000, he necesitado ir físicamente a una oficina bancaria un máximo de 5 veces. No cinco veces al año. 5 veces en total. Es decir, voy al banco una vez cada 4 años. Y creo que de las 5 veces, al menos 3 de ellas han sido para cambiar divisas porque tenía algún viaje a un país y quería ir con dinero en el bolsillo (cosa que ahora tampoco hago, por cierto)
Un móvil es más que suficiente para pedir un crédito, operar en bolsa, consultar tus movimientos, etc... y en todo caso, para los que precisen de cierto toque humano en sus interacciones (que no es mi caso) siempre les quedará la opción de la -en mi opinión caduca- banca telefónica. Además hay pequeñas aplicaciones muy útiles que te permiten consolidar los movimientos y tu situación financiera (ingresos y gastos) entre tus diferentes entidades bancarias.
Y es que hoy en día los clientes somos cada vez más infieles. Salvo casos aislados no operamos con una sola entidad bancaria, sino que dependiendo de cuál sea el mejor producto, contratamos con el banco que nos la ofrece... pero ya hay soluciones que nos agregan las cuentas en un único sitio de modo que no tienes que ir cogiendo papel y boli para analizar tu situación financiera.
En fin, un mundo de novedades y una revolución de una industria algo viejuna que tendremos que ver y vivir más pronto que tarde.