La pasada semana tuvimos un encuentro muy especial entre unas cuantas blogueras donde tuvimos la oportunidad de conocer más a fondo la elaboración e importancia de la leche de crecimiento a partir de los 12 meses de nuestros peques.
El desayuno/encuentro fue en el centro de Madrid, en un pequeño restaurante con muchísimo encanto, Pipa&Co donde pudimos vernos las caras las mamás que día a día escribimos en los blogs para traeros las últimas novedades y experiencias de la maternidad. La primera parte fue con la nutricionista de Nestlé, Nadia Solana, que nos explicó cuáles son las necesidades nutricionales de nuestros bebés al cumplir el año con un divertido Quiz entre las mamás. Después Isabel Leyva, del blog 'Mamá, quiero ser blogger' estuvo con nosotras interesándose por las temáticas de nuestros blogs y dándonos algunas claves muy interesantes para mejorarlo día a día.
Respecto al tema de la nutrición, seguro que a muchas de vosotras os han recomendado en el pediatra que a partir del año de vida ya podéis darle leche entera de vaca a vuestros bebés, y aunque puede hacerse sin problemas hay ciertos aspectos en el contenido de esta leche que no terminan de adaptarse a las necesidades de nuestros pequeños, que requieren de otros nutrientes para seguir creciendo con naturalidad y, sin embargo, hay otros que no los necesitan en cantidades tan elevadas como nos ofrece la leche de vaca.
Desde que el bebé nace hasta los 6 meses sólo debe alimentarse de leche, ya sea materna o de fórmula ése debe ser su único alimento. Después de los 6 meses y hasta el año, debemos seguir igual, con leche materna o con leche de continuación además de alimentación complementaria, pero la leche debe seguir siendo su principal alimento.
Después, hasta los tres años, y siempre teniendo en cuenta que el profesional de la salud debe señalar en cada caso lo más conveniente para el bebé, se debe dar una alimentación como la del adulto pero con modificaciones en función de la textura, aceptación o posibles riesgos.
Esta es la mejor etapa para que el bebé adquiera hábitos alimentarios saludables, y para eso debe ver en casa que sus padres se alimentan adecuadamente, hay que tener siempre en mente que ellos actúan por imitación. Una buena educación alimentaria al inicio de la vida asegura un crecimiento adecuado y es beneficioso para la salud futura, evitando posibles enfermedades.
La leche sigue teniendo un papel fundamental en su alimentación. En caso de que siga con lactancia materna, ésa es la mejor leche que le podemos ofrecer ya que se va adaptando a las necesidades de nuestro bebé conforme va creciendo. En caso contrario, una leche de crecimiento se convierte en una opción adecuada a su alimentación y necesidades nutricionales.
Las principales diferencias de la leche de vaca con una leche de crecimiento son el hierro, las vitaminas que ofrece, los ácidos grasos esenciales, y las proteínas de su composición. Mientras que las fórmulas de crecimiento presentan unos valores nutricionales equilibrados de estas necesidades alimentarias, la de vaca es deficitaria en hierro, vitaminas y ácidos grasos esenciales y, sin embargo, cuenta con excesivas proteínas para la edad del pequeño. Hay que tener en cuenta que la leche de vaca está pensada para los terneros que tienen que crecer rápidamente.
El mineral más importante en el desarrollo de los niños entre 1 y 3 años es el Hierro, imprescindible para las defensas del organismo, el buen funcionamiento de sus músculos, y para un desarrollo cerebral adecuado, que tiene su máximo crecimiento en estos primeros años, por eso necesitan hasta 6,3 veces más que un adulto. El 12,9% de los niños entre 6 meses y 5 años padece anemia, por eso las leches de crecimiento están enriquecidas con Hierro, les aporta hasta 81% del que necesitan.
Igual ocurre con la Vitamina D, a día de hoy se toma menos de la recomendada, como los ácidos grasos esenciales como el ácido linoleico y el ácido alfa-linoléico, cuyo contenido en la leche de vaca es especialmente bajo. La leche materna sí que tiene un buen contenido de estos ácidos grasos. Sin embargo, un alto valor proteico hace que el hígado de los pequeños trabaje demasiado, por eso las fórmulas de crecimiento tienen las proteínas reducidas para que no tomen más de las que necesitan.
Por todo esto, es recomendable que los niños entre 1 y 3 años tomen leches adaptadas a su crecimiento y necesidades nutricionales, aunque siempre debe ser el pediatra el que valore la situación de cada uno.
Después de tener esta charla con Nadia Solana, y reponer fuerzas con este espectacular desayuno, le llegó el turno a Isabel Leyva, quien nos contó las claves para sacar todo el rendimiento a nuestro blog, ¡¡tomaremos buena nota!!
Siempre nos encantan los eventos de Nestlé, nos tratan de maravilla y pasamos muy buen rato entre compañeras. Un placer!😉