'Superman Brainiac', el regreso del villano verde

En la galería de villanos de todo héroe siempre hay alguno que brilla con luz propia, en el caso de Superman ese sería Luthor que siempre se ha presentado como el temible enemigo al que es incapaz de gobernar (y que además es el único que es realmente humano, y sin poderes), pero otro lugar de honor merecería Brainiac y ha sido así desde su primera aparición en 1958.
Hoy, o más bien en 2008 (publicación original), el universo DC lo recupera con todo su esplendor.
El cómic
En un tomo unitario y de tapa dura, lo que siempre es de agradecer y resulta atractivo para el lector, nos llega esta historia que en su edición en América salió bajo el sello de Action Comics, la veterana colección en la que nació el hombre de acero.
Una historia que recupera a un personaje de los más clásicos, a pesar de comenzar sus apariciones veinte años después que el héroe de la capa roja, para devolverle en parte a la primera plana que merece y que con el paso de los años, y las distintas encarnaciones había perdido en parte. Pero esto no solo va de un tipo con poderes pegándose con otro verde y que da miedo (sí, da miedo), realmente lo que hace interesante esta aventura es todo lo demás y no el simple contenido superheróico, que por otro lado es algo flojo. Lo que cuenta Supergirl sobre el villano, y el descubrir que realmente nunca hemos llegado a verle y que todo eran sondas, la forma de enfrentarse a ello de Superman y el recuperar a viejas figuras como un engordado Steve Lombard y una Cat Grant distinta de la que pudimos ver hace ya años.
Tampoco podían faltar Pa y Ma Kent, ya que la relación que tiene con su hijo (adoptivo) es lo que hace que este sea tan kripotoniano como terrícola, quizá incluso más esto último ya que es gracias a ello que se convertirá en el héroe que es.
El homenaje
El recuperar a un villano, para que sea actualizado, conlleva que este pueda perder los orígenes que tenía o que sean meros sueños (o algo así, ya depende del autor) no es en este caso que se logra respetar y, en parte, dar un homenaje a todas las encarnaciones previas que ha tenido Brainiac y que se presentan como simples avisos de lo que estaba por llegar.
Pero realmente el reconocimiento no es ese, que también, y vendría por la elección de Christopher Reeve como el rostro de Superman en una total muestra de amor por la película del 78 (y posteriores) y es que, las cosas son así, este actor no interpretó al conocido superhéroe más bien es que este actor era la viva imagen del mismo y por eso mismo sigue siendo así en el colectivo popular.
Sigue la cosa con la familia de los Kent y el fallecimiento de Pa, algo que también se pudo ver en la obra de Richard Donner y que se recupera aquí tras haberse anulado después de las “Crisis en tierras infinitas”, ya que John Byrne (encargado de volver a crear la mitología del personaje) dejó con vida a sus padres, algo que no era así en la etapa clásica ya que ambos habían fallecido antes de comenzar él su carrera con las mallas.
Geoff John, el guionista estrella
Para muchos este hombre es el guardián de la cronología y la tradición del Universo DC. No puede negarse que en sus guiones logra dar nueva vida a personajes casi olvidados o que sin serlo no han tenido nunca un gran tratamiento, pero que consigue hacerlo además respetando lo anterior y restando la validez de lo hecho por otros antes que él (lo que sucede muchas veces). Prueba de ello es tanto su trabajo en Flash, y el repaso que pegó a alguno de sus villanos (por ejemplo el Capitán Frío), o el tratamiento de Linterna Verde volviendo a contar su origen pero contando varias cuestiones que nunca se habían explicado y mejorando otras.
Es cierto que, nadie es perfecto, comete sus errores y en ocasiones algunas historias se quedan a mitad de todo lo que podrían ser. Pero está bien que, de cuando en cuando, aparezca un guionista dispuesto a crear historia que respeten el estilo y las obras de los que han estado antes que él.