Los monstruos fueron los antecedentes de los superhéroes: «Devil Bird» (1954), el primer saurio mesozoico diabólico y rojo de Kirby.
Los dinosaurios comenzaron apareciendo en los cómics como monstruos para dar la medida del valor y la fuerza de los héroes a los que se enfrentaban. Sin embargo, este monótono rol va a ir dando paso a otros papeles más interesantes a partir de los años 60.
Ya os hemos contado por aquí la teoría del propio Jack Kirby de cuánto deben los superhéroes de la Edad de Plata a los monstruos de los cómics de terror de la década anterior, pudiendo existir una línea evolutiva directa entre ambos: aquellos seres con caracteres tremendos y desproporcionados que tanto miedo nos causaban se convierten de pronto en nuestros aliados al adquirir cualidades heroicas. El superhéroe es, pues, una mezcla de hombre y monstruo, un grotesco ser que, en lugar de asustarnos, nos fascina cuando se pone de nuestro lado.
Robert T. Bakker, impulsor de la "Dinosaur Renaissance"
En el caso de los dinosaurios, la transformación va a ir un paso más allá al cambiar el paradigma científico en los 70 dando paso a la “Dinosaur Renaissance”: aquellos pesados reptiles de sangre fría carentes por completo de inteligencia que habían pagado su incapacidad de adaptación con la extinción se convierten ahora en animales ágiles e inteligentes de sangre caliente más parecidos a nosotros de lo que imaginábamos.
La consecuencia última en las manifestaciones de la cultura popular será abrirles nuestra imaginación en condiciones de igualdad. Ya no estamos hablando de hombres con monstruosos caracteres saurios, sino de auténticos dinosaurios que, de repente, dejan de representar una amenaza para convertirse en nuestros mayores aliados. Han nacido los superdinosaurios. Aunque tal vez sean menos conocidos del público en general que Spiderman o Lobezno, podemos asegurarte que los superdinosaurios no tienen nada que envidiarles...
Fresco, el primer superdinosaurio
El primer superdinosaurio apareció en la revista británica Disc and Music Echo, obra de Jack Edward Oliver. Oliver publicaba una tira en torno al rock llamada E.C. Ryder [1] (1970), en la que en 1971 apareció el dinosaurio Fresco-Le-Raye. En el episodio “The Account of Monte Cristo” (1972) le vemos ya usar el antifaz y la capa con los que se transforma en Superdinosaur, “el reptil de acero”. Estamos ante una serie cómica y, por tanto, se trata de una parodia del mundo de los superhéroes. A veces, el humor es la mejor forma de transgredir y descubrir nuevos horizontes. Puedes leer todas las tiras aquí.
Pero volvamos a los 60. Como acabamos de explicar, al principio fueron los monstruos y, cuando combinaron sus caracteres con los humanos, llegó la segunda ola [2] de superhéroes. Por supuesto, los que nos interesan aquí son los hombres-dinosaurio. Del mismo modo que muchos superhéroes eran “cruces” de Homo sapiens y otras especies animales (ya hemos mencionado al hombre-araña o el hombre-murciélago), comienzan a aparecer hombres-dinosaurio. Sin embargo, en un primer momento, la herencia de su pasado como monstruos llevó a muchos a desempeñar papeles, más que de héroes, de supervillanos. Comencemos por ellos:
En 1964, Bob Brown introdujo en las aventuras de la Patrulla Maldita a The Animal-Vegetable-Mineral Menace, un camaleónico villano capaz de transformarse en casi cualquier cosa. En la cubierta de Doom Patrol #89 (de Brown) le vemos convertido mitad en árbol mitad en terópodo. En el interior de la revista, en cambio, prefiere mutar en saurópodo y, claro, todo el mundo sabe que ante este tipo de situaciones, lo mejor es llamar a los bomberos, que para eso se preparan las oposiciones más jodidas y saben lo que hay que hacer ante una amenaza sauria, pero... ¡El hombre-animal-vegetal-mineral se transforma en esponja y, cual inglés en Magaluf, no deja una gota de líquido sin absorber!
Anulando los dos cerebros de Doctor Dinosaur
En las aventuras del lamentable supergrupo paródico Inferior Five (Showcase #62, Nelson Bridwell/Joe Orlando, 1966) apareció Dr. Dinosaur (Showcase #65, Bridwell/Mike Sekowsky, 1966), supervillano que representa a un antepasado común entre dinosaurios y mamíferos y lidera un grupo de mutantes atávicos. Él mismo nos explica en su presentación que, como se creía antiguamente, los saurópodos tenían un segundo cerebro –igual de subdesarrollado que el primero- en la parte inferior del cuerpo para controlar sus movimientos, necesario al tener un cuerpo tan masivo. Por eso, para vencerle, la conejita Dumb Bunny y The Ape le golpean simultáneamente en ambos centros nerviosos.
Tal vez el hombre-dinosaurio más conocido sea Sauron (X-Men #59, 1969), alter ego del científico Karl Likos para cuyo nombre de guerra ignoramos si Roy Thomas se inspiró en el malvado Señor de los Anillos de Tolkien. Esta suerte de Mr. Hyde que Neal Adams dibujó con aspecto de Pteranodón antropomorfo es el resultado de la exposición de nuestro Jeckyll a la mordedura de pterosaurios vampiros [3] mutantes.
Stegron se toma literalmente lo de devolver la vida a los fósiles
Vincent Stegron (Marvel Team-Up #19, 1974), de Len Wein/Gil Kane, es otro científico, enviado por S.H.I.E.L.D. a la Tierra Salvaje de Ka-Zar para estudiar el ADN de los dinosaurios... y no se le ocurre otra cosa al genio que chutárselo a ver qué pasa. Convertido en estegosaurio antropomorfo, adquiere una fuerza sobrehumana y abre una agencia de viajes desde donde organiza excursiones para la fauna oriunda de Savage Land, convirtiendo a Nueva York en el destino de moda, como a comienzos del siglo XX lo había sido Chicago.
Más recientemente, hemos conocido al doctor Samuel Register (2004, Geoff Johns/Tom Grummett), un científico que trabajó con los padres del miembro de los Nuevos Titanes conocido como Beast Boy (ideado por Bob Brown para seguir explotando el potencial de The Animal-Vegetable-Mineral Menace, esta vez en un héroe de la Patrulla Maldita, aunque luego se va con los Titanes) y logró aislar el virus que le otorgó sus poder para transformarse en cualquier animal. Register se transforma en el dinosaurio que podemos ver en la portada, despertando la envidia del superhéroe, al que en cuarenta años convirtiéndose en toda serie de bichos no le habíamos visto encarnar uno tan molón...
Beast Boy, decidido a seguir copiando al Dr. Register hasta que el profe se de cuenta y le suspenda...
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[1] El título evoca el filme de moteros Easy Rider (1969, Dennis Hopper) que protagonizaron Peter Fonda, Dennis Hopper y Jack Nicholson, en cuya inolvidable banda sonora destaca “Born to Be Wild” de Steppenwolf.[2] La primera surgió cuando los editores de revistas pulp “inventaron” los comic-books para diversificar el negocio en los años 30 y, por tanto, los relatos de ciencia-ficción y justicieros enmascarados de ese tipo de revistas fueron sus principales influencias.[3] De hecho, la primera idea fue introducir un murciélago antropomorfo a imagen de Drácula, pero el Comics Code no veía con buenos ojos los cómics de terror.
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