De un tiempo a esta parte, Logroño ha decidido ser una ciudad que lucha por mantener una intereante actividad musical. Gracias sobre todo al impulso de un festival de prestigio como el Actual y a ciclos como Catarsis, los promotores y las salas de la zona se han dado cuenta que el de la capital de La Rioja es un público que siempre responde, más aún si le pones sobre la mesa una propuesta de primer nivel, y por ello han decidido convertir la ciudad en una parada obligatoria para muchas de esas giras que antes sólo miraban hacia aquí de reojo. Hace un par de años habría sido imposible imaginar a una de las bandas del momento tocando en una sala de Logroño, pero, gracias a a esta inercia de la que os hablaba, la semana pasada disfrutamos del directo de uno de los grupos con más proyección del país, Supersubmarina, que vinieron para presentar su exitoso álbum de debut, Electroviral.
El Biribay Jazz Club, una vez más, presentaba el aspecto de las grandes noches, rozando el lleno con un público entre el que se podía ver un buen número de jovenzuelas con la mayoría de edad recién estrenada, los habituales de los conciertos, bastante gente madura y, cómo no, los más modernos de la ciudad. La primera visita de los muchachos de Baeza había despertado más interés de lo que el día (jueves) y la fecha (vacaciones) invitaban a pensar, y los andaluces no se hicieron esperar demasiado e irrumpieron en el escenario entre el aplauso feroz de un público que les tenía muchísimas ganas.
La verdad es que siempre que vas a ver el directo de un grupo por primera vez acudes condicionado por lo que te ha contado, has leído o escuchado sobre su directo, y en este caso me presenté en el Biribay con distintas referencias. Por un lado, me habían dicho que tenían un directo vibrante y divertido, pero también, he de ser sincero, me habían contado que las diferencias entre el sonido del disco y el directo eran grandes, y que les faltaban muchos detalles por pulir sobre el escenario. La única manera de formar una opinión propia, cómo no, era abrir bien los oídos y dejarse llevar por esa magia electroviral que tanto consiguió engancharme a su primer y de momento único disco publicado.
Como decía, irrumpieron en el escenario con poco retraso y Jose, Jaime, Pope y Juancha comenzaron a sacarle brillo a sus respectivos instrumentos. Las dos primeras canciones transcurrieron entre algo de confusión, y es que debido a un problema técnico apenas se podía distinguir la voz de Jose entre golpes de guitarra, bajo y batería. Solucionaron el problema, sonó Niebla y el concierto arrancó de verdad entre la expectación de un público que rozaba la sobre excitación. Los de Baeza, empujados por el calor de una sala sedienta de pop, tiraron de repertorio, y ahí es donde está su fuerte. Electroviral es un disco con un buen puñado de hits potenciales, y los hicieron funcionar de una manera muy efectiva. LN Granada, Eléctrico, Supersubmarina, Ola de Calor, Ana, Cientocero, Elástica Galáctica, XXI y demás temazos del disco iban desfilando ante nuestros ojos sin apenas darnos un momento de respiro, y daba la sensacón de que a medida que el tiempo iba pasando, ellos se sentían más cómodos y se hacían más fuertes sobre las tablas.
Pero, que nadie se equivoque, el concierto no fue una simple presentación de su primer disco; los Supersubmarina hicieron un guiño a los fans de más recorrido con No es así y OCB , y además nos presentaron algunas de las canciones que incluirán en su inminente nuevo EP recientemente grabado en Barcelona como Kevin McAllister o Destrozar, que mantienen la esencia del grupo y funcionaron a la perfección en directo. El público respindió a lo grande y sudamos, bailamos y cantamos con ellos tanto que, en ocasiones, costaba esfuerzo escuchar la voz de Jose, sepultada como estaba entre berridos varios (los míos incluídos, por supuesto) y suspiros adolescentes.
El concierto finalizó después de hora y media, con el público empapado en sudor y pidiendo más a los músicos de Baeza, que lo dieron absolutamente todo sobre el escenario. Se mostraron simpáticos, cercanos y accesibles, y dejaron una gran impresión entre la gente que acudió a verlos. Como he dicho, tienen el material necesario para convertir cada uno de sus conciertos en un incendio, y personalmente los vi en un excelente estado de forma para afrontar la temporada de festivales que se les viene encima.
Un concierto intenso, y una muy buena primera impresión, para qué mentir. Qué decir, a mí ya me han convencido, ¿a vosotros?