En el ocaso de los setenta, los británicos Supertramp nos obsequiaron con un apetitoso desayuno en América, explorando de manera absolutamente magistral un amplio territorio sónico. Experimentan aquí con el pop, pero también con el rock, el rock progresivo y le añaden unas pinceladas de blues.
Supertramp se crea bajo el patrocinio del holandés Stanley August en 1969, que le propuso al teclista y cantante Rick Davies la formación de un grupo de rock. Así que, rápidamente se le unen el multi-instrumentista Roger Hodgson, el batería Bob Miller y el guitarrista Richard Palmer. Tras sufrir diversos cambios en sus filas, finalmente debutan con un disco homónimo en 1970, sin apenas repercusión. Según avanza la década, graban álbumes magníficos como “Crime Of The Century” (1974), o “Even In The Quietest Moments” (1977), obteniendo cierto reconocimiento por parte de la crítica. Y en 1979, le llegó su momento álgido y fama internacional gracias a éste Breakfast In America.
Centrándonos en el elepé, “Breakfast In America” fue el sexto en su discografía, se publicó en 1979 por el sello A&M Records e incluye 10 pistas. Reseñaremos que todas las canciones fueron compuestas por el dúo Hodgson / Davies. Producido por los propios Supertramp y Peter Henderson, se remasterizó nuevamente en los años 2002 y 2010 añadiéndose diversas pistas y material extra. Breakfast In America alcanzó un gran éxito comercial, obteniendo el número 1 en las listas musicales de la época.Como ya es habitual, mencionaremos a los músicos que hicieron posible esta obra: Rick Davies (teclados y voz), Roger Hodgson (guitarra, voz y teclados), Dougie Thomson (bajo), Bob Siebenberg (batería), John Helliwell (coros y saxofón) y Slyde Hyde (trombón).
Dentro del disco, repleto de hits, nos encontraremos con canciones clásicas como “Breakfast In America” con un delicado piano y una sutil batería en su inicio, el inolvidable y pegadizo “Goodbye Stranger”, en la que destaca la peculiar voz de Roger Hodgson, o un extraordinario “Logical Song”, que se consolidó como su tema por excelencia, prestando especial atención a su memorable “solo” de saxofón.“Take The Long Way Home”, “Lord Is It Mine”, “Child of Vision” y “Oh Darling” son otros espléndidos cortes que nos demuestran el virtuosismo de una banda en estado de gracia. Juegan aquí con el pop, pero también con el rock e incluso con el rock progresivo. Realizan una mezcla fantástica, originando que Breakfast In America se convirtiera en uno de los álbumes más célebres de la década de los 70.
La curiosa portada del disco, en la que podemos visualizar el centro de Manhattan y una mujer simulando la estatua de la libertad con un desayuno en su mano, fue un trabajo del diseñador Mikel Doug. Así concluye este obra conceptual, cortesía de Supertramp, una banda que se ganó un más que merecido puesto en la memoria del rock. Y éste, es su legado.