Seguramente al leer el título de la entrada os ha venido a la cabeza ese título que lleva paseándose por la blogosfera varias semanas: Isola. Y ahora, ¿qué digo yo que no se haya dicho ya? Poca cosa, para ser francos.
Una isla, un puñado de adolescentes y un juego. De entrada me esperaba un libro más sangriento, a ver si me explico, una especie de novela negra para jóvenes a lo "Screen" aunque sin máscara. Me equivoqué, pero vayamos por partes.
Tenemos sobre el tablero de letras doce concursantes, seis chicos y seis chicas, de lo más variopinto. Nuestra protagonista se llama Vera. Es una joven tremendamente tímida. Apenas hablará con el resto de participantes aunque conoceremos cómo se siente y qué piensa de primera mano pues es la narradora.
En teoría todos ellos están en la isla para participar en un Gran Hermano juvenil pero en la práctica, el juego en el que tendrán que dar todo o nada será bien distinto. ¿Habéis jugado alguna vez al Poli-Ladro? ¿No? Bueno pues esto más o menos se le parece.
Cada uno cogerá una carta. Uno será el asesino, el resto las víctimas. ¡Ah! Se me olvidaba, están prohibidos el alcohol, las drogas, la violencia y el sexo. Como imagináis, no habrá sangre real sino que todo es simbólico. El "asesino" matará agarrando de la muñeca a la "víctima".
Automáticamente será descalificada. Nada de nominados, expulsados directamente. ¿Quién gana? El "asesino si consigue acabar con todos o las víctimas si pasado un plazo de tres semanas no han sido atrapadas.
Sin embargo, como comprenderéis el concurso no será del agrado de todos los participantes. La verdad es que a mí tampoco me gustaría aunque fuera de mentirijilla.
Pero, ¿qué ocurre? El desmadre llegará y con él los crímenes, los de verdad. ¿Quién es el asesino? ¿Es aquel que tiene la carta o es otro?
Destaca, por otra parte, la historia de Vera, su pasado, y resalta, como no podía ser de otra forma, el personaje Tempelhoff, el artífice de toda esta locura televisiva.
Me enganchó completamente. Incluso comiendo tenía el libro abierto. Lo acabé en horas y me gustó a pesar de que eché en falta más acción eso sí, el que las víctimas lleguen tarde, cuando está avanzada la lectura, tampoco es negativo porque el no saber cuándo va a suceder, sólo que ocurre, aporta más tensión, más emoción.
¿Vosotr@s os apuntaríais a un juego así? (Sin víctimas de verdad, claro) ¿Qué tres objetos os llevarías a Isola, la isla de Isabel Abedi?
¡Saludos devorador@s!
Agradecimientos Anaya