Revista Insólito

Supongamos que yo soy Dios

Publicado el 18 marzo 2014 por Ezeqdb
Supongamos que yo soy Dios
Señora, le hablo a Usted, quien mandó a colgar el cartel de San Expedito. Veo que se llama Ana, pero este mensaje es extensivo a cualquier otra persona.
Supongamos que yo soy Dios. Creé el Universo, esperé 13700 millones de años y un día me aburrí y decidí que algunos homínidos debían sembrar sus vegetales. Los incité a que se comunicaran por escrito y los fui guiando. Muchos creían en dioses distintos, y eventualmente una parte de mí se convirtió en mi hijo y tomó forma como ustedes. Lo torturaron pero él (yo) los perdonó por portarse mal.
Pasó el tiempo y hoy en día les concedo algunos favores a algunas personas. Muchos me hablan pero no les respondo a todos. Se supone que soy infinitamente justo y poderoso pero dejo que muchas cosas malas les sucedan porque tengo un plan secreto. Algunos de esos favores ustedes los llaman "milagro". Pero no lo son. Un milagro sería que hiciese crecer una pierna amputada o corrigiese los cromosomas de alguien para desaparecer el síndrome de down.
Pero los favores que yo hago son que a veces los doctores logren curar alguna enfermedad grave, otras veces la curan sin mi ayuda, y muchas veces me piden que interceda y yo no hago nada. De hecho las estadísticas muestran que no hay diferencia entre las personas que rezan para curarse y las que no lo hacen. Otros favores son que algunos ganen la lotería o que consigan un trabajo. Pero, todos los días alguien gana la lotería o consigue un trabajo, y la gran mayoría no gana ni consigue nada especial.
El punto es que a veces cuando hablan conmigo, usan algún intermediario como vírgenes o santos. Les llaman vírgenes a algunas mujeres que dicen haber recibido un mensaje mío o de la madre biológica de mi hijo. Mensaje que suele ser que construyan una iglesia para adorarla. O de santos que son personas que hicieron cosas especiales, pero no de las realmente especiales como descubrir medicamentos que salven a millones o tecnología para plantar comida mucho más barato, sino otras cosas como construir más iglesias, o ganar una sanguinaria guerra, como el caso del señor Expedito en el siglo IV. Le recomiendo visitar Wikipedia (http://es.wikipedia.org/wiki/Expedito), tiene mucha más información que las estampitas que regalan en la calle.
Supongamos que yo soy Dios
Ni si quiera hay pruebas históricas de que tal guerrero haya existido. Y aunque la hubiese, no se por qué un guerrero imaginario intercedería entre Usted y Yo, en numerosas partes de la biblia dice que pueden hablar conmigo directamente.
Yendo al grano. Usted se siente agradecida porque algo bueno sucedió en su vida, y cree que es gracias a mí, o más precisamente mi intermediario. Usted cree que le debe algo a alguien por eso bueno que le pasó. Le pregunto yo: ¿Para qué cree que Él o Yo necesitamos un cartel pintado sobre la calle? Si realmente se siente en deuda ¿Por qué no hace algo más útil, como por ejemplo invertir ese dinero en un libro, o en alimento para algún necesitado? O incluso en algo inmaterial. Podría hacerle un favor a otra persona. O a tres como en Cadena de Favores. ¿Se imagina cómo sería el mundo si las personas se ayudaran entre sí y fueran más solidarias, en vez de gastar horas y horas y tanto dinero intentando hablar con alguien que no saben si existe?
Es un mensaje de Proyecto Sandia. O tal vez de Dios. No hay forma de demostrar quién escribió este texto.

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