
Este suquet de sepia es mucho más que un plato: es una oda al mar, a la cocina de raíz, y a la calidez de las tabernas antiguas. Cada bocado revela la ternura de la sepia, cocida lentamente en un sofrito profundo y aromático, donde el tomate, el ajo y el pimentón se funden con el vino blanco y el fumet para crear una salsa que reconforta el alma.
Las patatas, suaves y doradas, absorben el sabor del guiso como esponjas de memoria, mientras el toque final de perejil fresco despierta el paladar con un guiño verde y vibrante. Servido en vajilla rústica sobre madera envejecida, este plato invita a detener el tiempo y dejarse llevar por la nostalgia de los puertos gallegos y las cocinas de fuego lento.
Ideal para compartir en buena compañía, con pan crujiente y un vino blanco bien frío, el suquet de sepia se convierte en un ritual de sabor y tradición. Una receta que no solo alimenta, sino que cuenta historias.
Ingredientes para un suquet de sepia (4 personas)
Base del guiso
600–800 g de sepia limpia y troceada
2 patatas grandes (cascadas para que espesen el caldo)
1 cebolla grande picada
2 dientes de ajo
2 tomates maduros rallados o triturados
1 hoja de laurel
1 vasito de vino blanco
1 litro aprox. de caldo de pescado (o agua con una pastilla, si hace falta)
Aceite de oliva virgen extra
Sal y pimienta al gusto
Picada tradicional (clave del suquet)
10–12 almendras tostadas
1 diente de ajo
Unas hebras de azafrán o una pizca de pimentón
Perejil fresco
Opcionales según estilo
Guisantes
Un toque de ñora o pimiento choricero
Un chorrito de brandy en lugar de vino
Pan frito para espesar aún más la picada

Elaboración:
(4 personas)
1. Prepara el sofrito con alma del sur
Calienta un buen chorro de aceite de oliva virgen extra.
Pocha 1 cebolla picada a fuego medio hasta que quede tierna y transparente.
Añade 2 dientes de ajo picados y deja que suelten aroma.
Incorpora 2 tomates rallados y cocina hasta que el sofrito esté bien reducido y concentrado.
En Andalucía el sofrito se lleva un poquito más de tiempo, para que coja dulzor y profundidad.
2. Marca la sepia
Añade 600–800 g de sepia troceada.
Sube el fuego y rehógala hasta que cambie de color y empiece a soltar jugo.
Salpimenta ligeramente.
🍷 3. Desglasa con vino andaluz
Vierte un vasito de vino fino o manzanilla.
Deja que evapore el alcohol y reduzca un poco.
Este toque le da un aroma muy nuestro, más seco y elegante que el vino blanco normal.
4. Añade las patatas y el caldo
Incorpora 2 patatas grandes cascadas (rompiendo el final del corte para que suelten almidón).
Añade 1 hoja de laurel.
Cubre con caldo de pescado (aprox. 1 litro).
Cocina a fuego medio unos 25–30 minutos, hasta que la patata esté tierna y la sepia suave.
5. Prepara la picada
En un mortero machaca:
10–12 almendras tostadas
1 diente de ajo
Perejil fresco
Unas hebras de azafrán o una pizca de pimentón
(Opcional andaluz): un trocito de pan frito para espesar más
Añade la picada al guiso y remueve para integrarla. Cocina 5 minutos más.
6. Toque final
Si te gusta, añade un puñadito de guisantes.
Ajusta de sal.
Deja reposar 10 minutos antes de servir para que el caldo coja cuerpo.
