Sur de india: kumily, día 10

Hoy ha sido la peor noche de cuantas llevamos en India. Entre la humedad de la habitación y que los indios a las 5 de la mañana ya están dando guerra y hablando a un volumen​.... Que los españoles tenemos fama de gritones, pero esta gente nos supera.

A las 8 suena el despertador. Ayer nos dijeron que a partir de las 6:30 horas de la mañana hay agua caliente. Sera verdad?. Vamos a comprobarlo y si hay pero por la ducha sale solo un hilillo. Llenamos un cubo y a calderos nos duchamos. Se agradece y mucho el agua calentita para quitarnos la humedad.

A las 9:00 horas salimos a buscar un sitio para desayunar. Está el cielo despejado y el sol pica. Encontramos un garito agradable que tienen café. Hoy café con leche para todos, magdalenas de naranja y de vainilla y unos trozos de bizcocho. Pagamos por todo 180€.

Regresamos al hotel a por las mochilas y a las 10:15 horas vamos donde hemos quedado con Sabeer.

Nos montamos y cogemos carretera. Pasamos por una empresa de paseos en elefante u Sabeer nos pregunta se queremos. Ha sido un siiiiiii sin pensar. Nos comenta que cuesta 400Rs por persona. Tenemos que cambiar dinero y además hoy al ser domingo está todo cerrado. Rebuscamos entre todos y juntamos justo para montarnos. Se nota que es domingo, está a tope de gente y nosotros los únicos extranjeros.

Están todos como locos con los elefantes. Yo monte en Tailandia, pero son unos animales que no se que tienen que atraen mucho.

Compramos las entradas y esperamos como una hora hasta que llega nuestro turno.

Vamos montados 2 en cada elefante y damos un pequeño paseo por un camino entre árboles durante unos 15 minutos.

Antes de bajar puedes comprar una cesta de frutas y darles de comer por 100Rs, Guada e Íñigo lo hacen.

Es una turistada, pero simpática.

Continuamos camino. Entre coches, autobuses y todo tipo de vehículos se forman buenos atascos. La verdad es que se van abriendo paso de forma sorprendente.

Siguiente parada, en la presa del embalse de Madupettydam. Hay una pequeña playa y algunos indios con los pies metidos en el agua.

Cruzamos la presa andando y al otro lado nos espera Sabeer.

Nos montamos y poco después nos dice si queremos montar en barca. No gracias que no hay rupis!!!

Bordeamos el pantano hasta el final y nos para. Aquí vemos que la gente alquila barquitas a pedales. Nosotros vemos el mercadillo. Venden todo tipo de té, especias, cremas naturales, etc.

Regresamos a Munnar a las 15:00 horas y comemos en el mismo sitio que ayer. Sabeer nos presta unas cuantas rupias.

Cris y Ángela se piden tortilla de patata, 100 Rs. No es igual que la nuestra, pero puede pasar. Pagamos por todo 680 Rs.

Después de comer vamos a buscar a Sabeer. De camino vemos mucha gente arremolinada y voces. Son un grupo de mujeres que se quejan por algo a la tele, hay varias televisiones y algunas haciendo directos. Cada uno se fija en lo suyo jejeje...

Nos vamos a Periyar, nuestro próximo destino. 105 Km y unas 3 horas.

Desandamos la carretera montañosa de ayer. Atravesando de nuevo los bonitos paisajes de las plantaciones de té.
En algunas partes la carretera es muy estrecha y con profundos precipicios. Esta parte Sabeer la pasa rápido y sin parar de tocar el claxon. Y poco después nos metemos en la niebla para dar más emoción al viaje.

En la furgoneta todos durmiendo y descansando.

A las 19:00 horas llegamos a nuestro destino, Kumily en el Parque Nacional de Periyar. Vamos directamente al Sithara Hotel que reservamos anoche y con los dedos cruzados para que no tengamos por un dia ningun problema.

Nos enseñan las habitaciones y están muy bien, tiene una cama enorme y está muy limpio. La única pega que wifi solo hay en recepción. Nos cuesta 820 Rs la habitación doble.

Nos damos una ducha y a las 20:00 horas todos abajo para dar una vuelta y tomar un lassi. Al poco de salir oímos música y vemos un local con mucha gente y 2 hombres con tambores. Les decimos si pueden tocar y se ponen a ello, Beatriz se desmelena y se pone a bailar.

De repente un montón de chicos empiezan a tocar tambores como si de una batucada se tratara. Empiezan a salir en procesión hombres y mujeres con unos cestos de germinados de bambú (esto lo hemos sabido después).

De vez en cuando sale algún chico o chica con las caras pintadas y agujas por la cara y el cuerpo, que al principio pensábamos que estaban superpuestas. Pero no, están clavadas unas y atravesando la boca otras. Algunas agujas tienen medio metro. Impresionante, además nos fijamos que van completamente fuera de si. Más tarde nos dijeron que van drogados.

Hay más de 200 personas procesionando. Los últimos llevan unas pirámides de bambú en la cabeza. Bailan dando vueltas al ritmo de los tambores, jaleados por la gente que les va empujando y sujetando.

Estos son los que peor vemos, se les nota en tal estado de excitación, que no pueden parar. Algunos de ellos son niños, al menos vemos 2 que no llegan a los 10 años.

Un chico nos explica que es la fiesta del bambú y se celebra un día al año. Empezó ayer y termina hoy con esta procesión.

Vamos entre ellos, a veces bailando también al ritmo de los tambores. Despertamos curiosidad y somos fotografiados.

Un poco antes de llegar al templo, un señor les va quitando las agujas. Presencio a muy poca distancia como quita todo a una chica, mientras intento sacar alguna foto. Me quedo muy impactado.

Justo en la entrada​ del templo les quitan las ornamentaciones de bambú. Les sujetan o llevan en volandas entre unas cuantas personas porque están tan fuera de si, que al quitarles el agarre entran en cólera pataleando.

Van entrando todos al templo. Nosotros nos quedamos fuera pues pensamos que no podemos entrar.

Al cabo de un rato los que iban drogados y con las agujas van saliendo y parece como si no les hubiera pasado nada.

Fuera empezamos ha hablar con gente que se nos acerca por curiosidad. Al rato, nos dicen que si nos quitamos los zapatos si que podemos entrar, pues, para adentro. Allí siguen tocando los de los tambores, la escena es impresionante, se nos ponen los vellos de punta.

Al salir, tienen montado el escenario para la "verbena", nos quedamos a ver que tocan. Mucha prueba de sonido de canciones conocidas, que nosotros cantábamos, siendo el foco de las miradas. Nosotros de pie bailando, ellos sentados y callados. Cuando empiezan no nos gusta y damos por terminada nuestra aventura.

De vuelta al hotel compramos fruta para cenar, plátanos y mangos. Cogemos el pan de molde y nuestro embutido y en la calle fuera del hotel, cenamos. Una vez terminamos, todos a dormir. Mañana más.

Besos y abrazos según corresponda.