Revista Viajes

Sur de india: tiruchirappalli (trichy), día 6

Por Trotaburgos @trotaburgos

Nos levantamos a las 7:00 horas. Tras aseo, sacamos la fruta que compramos ayer y preparamos un delicatesen desayuno a base de fruta.

Y para finalizarlo, salimos a la calle a tomarnos unos tés con leche, que nos los tomamos a la sombra, junto a un buzón de correos.

Hacemos el check out y nos montamos en la furgoneta. Hoy nuestro destino es Tiruchirappalli (Trichy). Y la distancia unos 90 km. La carretera por la que vamos es autopista casi todo el tiempo. Viaje tranquilo, si aquí se le puede llamar así. En unas 2 horas llegamos. Pasamos por un daramshala (comedor social) y Sabeer nos dice si queremos entrar, por supuesto que si.

En la entrada hay una hilera de mendigos pidiendo a ambos lados. Vemos a un chico que les va dando un billete de 10 rupias a cada uno. Es un lugar intenso en el que no te da la vista para abarcar toda la secuencia de imágenes que se están produciendo al mismo tiempo por todas partes. Sacerdotes haciendo diferentes rituales con personas. Gente comiendo sentados en el suelo, otros duchándose vestidos, otros haciendo ofrendas.

La gente nos mira, nos sonríe. Unos nos piden dinero, otros que nos hagamos una foto.

Una señora las dice a Beatriz y Cristina que se lleven a su hija para que estudie.

Hay pinturas en el suelo muy llamativas a nuestros ojos.

SUR DE INDIA: TIRUCHIRAPPALLI (TRICHY), DÍA 6

Vemos hasta peluquerías con unos sillones muy antiguos.

Una de las cosas que más nos llama la atención es un ritual que hacen a una señora con una vaca. La señora deposita pétalos de flores en unos huecos que tiene la vaca en el trasero debido a su delgadez. El sacerdote la bendice con flores, agua y fuego. La señora rodea por completo a la vaca y acaba el ritual con la cabeza de la señora en el culo de la vaca, que con agua recorriendo el rabo, se golpea con él en la cabeza.

Después de casi una hora salimos del daramshala y vamos a ver el gran templo de esta ciudad. Sabeer se le ve que controla mucho a la hora de ir a todas partes. Nos deja en la puerta. Nos ponemos calcetines y dejamos chanclas en la furgo.

TEMPLO SRI RANGANATHASWAMY:

Es el templo más grande y uno de los más impresionantes de India, con siete murallas concéntricas y unos 4 km de perímetro. Tiene 21 Gopuram (torres). Se entra a través de la más alta con más de 70 metros, llamada Rajagopuram. Lo que la convierte en la torre de templo más alta de Asia. Otra de sus torres impresionantes es la torre blanca, con más de 40 metros de altura.

Entramos por una de sus puertas y vemos tras atravesar un patio, un recinto de columnas, algunas muy bonitas. Mucha gente por todas partes y un mercadillo de objetos para ofrendas y souvenirs para turistas.

Se me acerca un señor diciéndome que tengo que pagar por la cámara. Me hago el tonto haciendo que no entiendo lo que me dice. Aquí a los turistas nos quieren siempre cobrar por todo. Que llevas cámara, pagas, que llevas calzado en la mochila pagas. Pero les ves a ellos, llevan las clanclas en la mano y hacen fotos con los móviles sin problema. Y lo siento pero no puedo con estas cosas. El templo es gratuito, que cobren si quieren una pequeña entrada, pero que no estén con el juego de, "como eres turista..." Como me decía el hombre en este templo, es que tienes que pagar porque eres extranjero. Al final el hombre se va, pero más tarde vendrá una segunda parte.

Las partes más sagradas no está permitido entrar para los que no son hindúes. Se respira mucha vida por todas partes. Y la gente nos sigue pidiéndonos fotos con ellos. Casi no vemos ningún extranjero.

Nos acercamos a uno de los recintos y vemos que es un establo con muchas vacas. Hay un hombre explicando a otros algo sobre unas sandalias gigantes que hay colgadas. La gente nos mira con asombro, salimos en seguida de aquí porque el olor es bastante fuerte.

Continuamos andando buscando la torre blanca. Esto es enorme y no es difícil perderse.

Vamos atravesando diferentes estancias y calles. Llegamos al patio delante de la torre y muchas cosas nos llaman la atención. Lo primero la torre, es muy alta y el ser blanca le da un toque distinto a lo que hemos visto.

Hay una sala de columnas muy espectacular con escenas de caballos.

Nos hacemos algunas fotos, saltando...

De repente el señor del principio vuelve a la carga conmigo pidiendo que pague por la cámara. Ante mi negativa se va a buscar a alguien que según él era de seguridad. El hombre ni abre la boca y al final se van los dos. Nosotros seguimos disfrutando de lo que vemos.

Atravesamos la torre blanca porque creemos erróneamente que la torre más alta está detrás. Atravesamos un par de torres y calles hasta que llegamos a la que pensábamos y vemos que no es la más alta.

Aprovechamos a comprar agua y Beatriz ve un carro gigante. Me voy a hacer unas fotos y me pongo a hablar con una familia que me cuenta sobre el carro.

Les pregunto si es tirado por elefantes y me dicen que no, que por personas, muchas personas con unas grandes sogas. Se mueven un día al año y es dentro de unos días, el 27 de abril a las 6:00 horas de la mañana. Es su fiesta anual, llamada Margazhi, atrae a un millón de personas y dura 21 días.

La gente en general es amable, pero te encuentras con muchos busca vidas que te hacen generalizar hacia lo malo.

Regresamos hacia la torre blanca y ahora si, vemos a lo lejos la torre más alta y hacia ella vamos.

Es todo muy igual y la orientación no es fácil. Miramos diferentes puestos y tiendas observando lo que venden. Gente intentando vendernos collares, pulseras, postales, etc... Algunos muy pesados que van a tu lado con mucha insistencia.

Llegamos a la torre alta, como el resto menos la blanca tiene muchos colorines.

Regresamos a ver si somos capaces de encontrar a David. Vemos un puesto de lassis y paramos a tomar uno. Pedimos 5 de piña y uno de melón. Había un mendigo al que le invitamos a uno. El hombre super contento nos lo agradece un montón de veces.

En otras ocasiones que vienen señoras pidiendo con niños en brazos les hemos ofrecido algo de comer y no han querido, solo dinero.

Los lassis no son tales, sino zumos, que tampoco nos importa. Cuestan 25 Rs cada uno.

Nos damos cuenta que Sabeer está muy cerca nuestro y vamos a nuestro paraíso particular, que es la furgo y su fresca temperatura. En la torre blanca hemos visto la publicidad de un hotel y se lo comentamos a Sabeer. Nos lleva hasta él, que está a las afueras. Es como un complejo residencial muy nuevo. Preguntamos en recepción y nos dicen que los extranjeros no pueden alojarse.

Con las mismas nos vamos con Sabeer a otro. El hotel está muy bien pero es caro.

Nos lleva al meollo del centro y nos indica 3 hoteles. Comenta que nos espera más adelante, en un parking porque ahí no puede parar.

El primero que miramos está lleno. Vamos al siguiente que se llama Mahalakshmi Residency. Nos enseña las habitaciones y tienen buena pinta, con aire acondicionado. Wifi también, pero solo en la recepción. Intentamos negociar sin éxito. Nos vamos a mirar el tercero y demasiado caro. Damos un paseo por los alrededores en busca de más opciones bajo un sol de justicia. No encontramos ninguno más, así que decidimos volver al anterior.

En la recepción había una pareja, ella de Costa Rica y él italiano, con los que nos ponemos a hablar al oír castellano. Llevan alojados desde ayer y nos comentan que desde las 6 de la mañana está el hotel sin luz eléctrica. Les dijeron que en 2 horas volvía y ya han pasado más de 8 horas. No sabemos muy bien qué hacer, porque mientras no vuelva la luz tampoco funciona el aire acondicionado. Entre tanto nos quedamos de cháchara con la pareja, que son también viajeros empedernidos. Van a estar 3 meses por India y Nepal y solo llevan una semana. De repente vuelve la luz y es que han encendido un generador. Qué casualidad, antes no lo tenían o qué?. En cuanto te quejas o ven que te marchas, las cosas cambian.

Al final nos dejan la habitación por 1.100 Rs y el aire funciona, nos quedamos. Nos vamos a buscar a Sabeer y coger las mochilas. El templo que nos queda por ver está muy cerquita, con lo cual ya no le necesitamos más por hoy y quedamos con él mañana a las 9:00 horas.

Regresamos al hotel y nos instalamos en la habitación, que bien se está, por Dios!!!!! Nos preparamos unos sándwiches de embutido y nos los comemos al fresquito en una habitación.

Una duchita y nos vamos a ver el Rock Fort. Salimos, compramos agua y caminamos hasta encontrar las escaleras que suben a la colina donde están los templos. Tenemos que preguntar varias veces, pero no tardamos en dar con ellas. 473 escalones nos separan de la cumbre.

ROCK FORT:

Consta de dos templos hindúes, el Sri Thayumanaswamy a mitad de la ascensión, dedicado a Shiva, y el consagrado a Ganesh, en la cima. Al primero solo se puede entrar si eres hindú.

El fuerte de Tiruchipalli ha sido considerado como una de las arquitecturas más antiguas del mundo teniendo en cuenta la historia de este lugar que se remonta a hace casi 3 mil millones de años.

Para entrar nos tenemos que descalzar y metemos las chanclas en las mochilas. Cruzamos un control y nadie nos dice nada, continuamos. Atravesamos una calle y otro control.

Al llegar vemos a una mujer coreana de mediana edad con su marido. Ella discutiendo con el de la entrada porque ella tiene que pagar por ser del país que es y lógicamente no lo ve justo. Después de un rato de ponerle a parir deciden marcharse y nosotros la dimos un aplauso. Yo creo que nos salió a todos de forma espontánea la rabia que llevamos dentro de ver el funcionamiento de esta gente. Pon el hecho de ser extranjero, se creen que tienes que pagar por cualquier cosa. Todos pensamos que después de ese aplauso íbamos a tener problemas, pero no. Lo único, tener que coger una taquilla con llave para guardar las chanclas 5Rs. Y es que nos hacen pasar las mochilas por un detector. Todos se esconden las cámaras y pagamos solo por la mía 30Rs. Hasta por el móvil en teoría hay que pagar.

Ahora sí, empiezan las escaleras. Lo mejor de todo es que están en interior, con lo cual el suelo no quema.

Después de unos cuantos tramos llegamos a una bifurcación, a la izquierda se accede al primer templo, pero no se puede visitar si no eres hindú. Aquí me piden el ticket de la cámara y quieren hacernos pagar por la gopro que lleva Beatriz, nos hacemos los tontos y seguimos. Salimos al exterior, con una buena sudada. Compramos agua y descansamos un poco, no tanto por el esfuerzo, que no es mucho, si no por el calor.

Vemos a una mona preñada que va comiendo los restos de comida que encuentra. Continuamos subiendo el último tramo hasta llegar arriba. El templo en si no nos dice gran cosa, por no decir nada, pero las vistas de toda la ciudad de Trichi, son muy bonitas.

Parece una ciudad multicolor, ya que se ven edificios de todos los colores y a lo lejos se aprecia el templo que vimos esta mañana.

Estamos un rato aquí disfrutando y empezamos a bajar. Nos encontramos con la pareja que hemos conocido en el hotel y estoy un ratito de charleta hablando de viajes. Compramos agua y continuamos bajando.

Al llegar abajo recogemos las sandalias y nos damos cuenta que hay un elefante dando la bendición a quien le da unas rupias. El resto del grupo, que no había visto nunca tan de cerca un elefante, están entusiasmados con él.

La gente le ponen dinero en la trompa y se lo da a su dueño y entonces la gente le toca o es el propio elefante el que les pone la trompa encima. Al menos no está encadenado y está muy amaestrado, pues le hace caso a su dueño en todo lo que le pide. A nosotros, como no le damos nada, no nos deja pegarnos a él para las fotos. Aprovechamos para hacernos una foto con la revista "La Senda de los Elefantes", para mandársela. Así que en una de las próximas publicaciones si tienen a bien, veréis esta foto publicada en ella.

La nota graciosa la puso el elefante cuando de repente se pone a mear y su dueño le pone un bidón debajo. No sabéis la decena de litros que echó en menos de un minuto, jajaja. El calor en la sala era espantoso y estuvimos un buen rato allí. Yo creo que descubrimos todos, zonas de sudor de nuestros cuerpos, que era la primera vez que sentíamos.

Salimos a la calle y ya de noche fuimos paseando hasta la Catedral de Santa María. Como la vemos abierta entramos. El interior muy sencillo y de color blanco y rosa. Algunas imágenes tienen lucecitas alrededor y tiene aspecto bollywood. Las cruces exteriores suelen tener por la noche luz de color rojo.

Con las mismas nos volvemos al hotel. Me bajo a recepción con todo el equipo para escribir y publicar el día. Internet va muy mal y no hay manera. En este viaje estoy perdiendo mucho tiempo en buscar e intentar conectar. Me dicen que mañana por la mañana probablemente haya conexion, asi que acabo de escribir y a dormir.

Besos y abrazos según corresponda.


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