Surf camp los locos en suances

Creo que los que me conocen un poco, pueden asegurar que de vez en cuando me dan puntazos. Este año 2012, he pasado un invierno bastante flojo a nivel físico, entre gripes y cansancios acumulados, se acercaba el verano y no me apetecía pegarme grandes y auténticas palizas en las Fiestas de Tudela (quien las conoce sabe que se trata de un auténtico maratón del comer, beber y trasnochar). Así que, barajé diferentes opciones y al final me decidí por una experiencia atrayente que a nivel deportivo es radicalemente opuesto a mis preferencias fitness, pero al viajar sola tipo single, me permitía conocer y encontrarme con gente de espíritu deportivo como base: Surf Camp Los Locos en Suances (Cantabria).
No sé por donde empezar, la verdad, porque si tuviera que calificar la experiencia no me salen otras palabras que insuperablemente irrepetible. Parece que todos los astros se unieron para que desembocara en una de las mejores experiencias de mi vida. Mis grandes dudas antes de llegar, mis pesadillas esquivando tablas de surf la semana anterior al Camp y un montón de inseguridades y miedos ante el mar, se han convertido en bondades y entusiasmo en aprender más y más en torno al Surf.
El entorno, ¿qué decir de Suances? paisajes de mar y montaña desde todos los puntos de la ciudad. Paseo marítimo, puerto, lugares para tomarte algo tras la jornada playera. Nada de ambiente grotesco-mediterráneo. Sin duda, un lugar para visitar y disfrutar.
La casa del Surf Camp. Te conquista desde el mismo momento que la pisas. Ambiente surfero en los bajos, con los neoprenos colocados por tallas, tablas por medidas, todo ordenadito, los cubos donde limpiar el material, duchas de agua dulce para quitar esa arena que los de interior estamos tan poco acostumbrados, la huerta, el jardín con las hamacas, los bancos, la barbacoa... cuantos recuerdos me he traido!!!!. Esas vistas a la playa de la Concha, a la primera línea de mar de Suances... Irrepetible!!!
La terraza del salón, que tantos momentos y converseciones se ha quedado. Hasta siestas antes de comer admirando el paisaje. Esa silla del rincón en la que te sientas, miras al infinito y parece inagotable. El comedor, en el que me adjudiqué mi lugar desde el primer desayuno que tomé. ¡Qué placer! Café recien hecho con esas vistas. Aunque también hay que decir que esas vistas son generalizadas desde todos los puntos de la casa. La convivencia. Borja eres un maestro del surf y de la hospitalidad. No me he podido sentir como una más y lo sabes, porque desde el primer momento me sentí como de la familia. Para mí que viajaba sola, era fundamental plantearme unas vacaciones en "comunidad". Y se puede decir que acerté de pleno. Todo el equipo de Los Locos que allí se encuentra se encarga de que te encuentres las cosas con una perfección imperfecta, se vuelcan en que cada persona que pasamos por allí, disfrutemos de nuestra experiencia a tope: Borja, Tino, Alberto, Urko, Julián... de verdad, no creo que me olvide nunca de vosotros.
Mención especial a todas las personas que vivimos la experiencia: Mónica (una amiga de las que no se olvidan jamás), los 4 suizos (irrepetible el cumpleaños feliz que le cantaron a Manu vestidos de hawaianos) y sus propuestas unidas a la posibilidad de brindarnos una mejora del nivel de inglés de todos los que estábamos allí, los Gulliver de Valladolid (esas falsas dobles parejas jejeje!!!, nos tenían engañados).
Las clases de Surf. ¡Qué paciencia! Pasé por diferentes fases. Como en todo proceso de aprendizaje, supongo. Empecé entregada, seguí siendo consciente de las dificultades, pasando por la necesidad de meter muchas horas en esto de la tabla y terminé cansada, muy cansada pero con un gusanillo por todo el cuerpo que ¡¡¡Hasta que no lo consiga no paro!!!! y quien me conoce sabe que será así. Muchas gracias Manu, por tus empujones, Gonza por tu compañía en alguna noche de Suances, Lorena por tu paciencia, en definitiva, a toda la escuela, muchos años de experiencia y un equipo SUP.
No pararé de agradecer estos días de vacaciones. Y de recomendar sin duda la experiencia de inmersión total en el mundo Surf. Haré Check-in una y mil veces hasta convertirme en la Alcaldesa de la casa.