La primera ola de Surf City llegó en 2008 de la mano de un EP homónimo. Garage y lo-fi, una declaración de intenciones como otra de los cientos que surgen cada año. Con su segundo trabajo –Kudos- lograron lo que muchos intentan pero no acaban de lograr: apuntalar las intenciones.
Melodías simples cabalgando sobre energía desenfrenada. Pero parece que los años 50 y 60 quedaron bastante atrás y los surferos modernos pasan ahora más tiempo escuchando a Flaming Lips, Spacemen 3 o My Bloody Valentine que a los Beach Boys. Estas influencias son evidentes en el disco de los neozelandeses Surf City.
La distorsión es el plato de acompañamiento –la guarnición- que se sirve junto a composiciones sencillas y estribillos que permanecen resonando en el interior la cabeza. Surf City construyen sobre las estructuras que nos legaron bandas como Jesus and Mary Chain o Velvet Underground. Estilísticamente no han variado el sonido que exhalaba su primer EP, pero ahora observamos mucha más densidad en las canciones. La alteración psicodélica de la guitarra y la voz ayudan a dar profundidad a su sonido, pero la música se las arregla para seguir siendo agradablemente simple.
Crazy Rulers of the World es un asalto shoegaze que resulta –cuando menos- estimulante. Artillería pesada para abrir fuego con un riff de bajo de sólo dos notas. Y desde la amplia y constante evolución de bruma psicodélica de Icy Lakes (que ni una sola vez suena aburrida o excesiva a pesar de sus ocho minutos) la guitarra fuzz no había sonado tan sugerente en la historia reciente del rock. Y en See How the Sun encontramos a un cantante cercano a los postulados del frontman de Clap Your Hands Say Yeah; un bajo descomunal y una guitarra rabiosa luchan por sobresalir ante la voz.
Surf City funciona a la perfección como máquina de singles, la escucha aleatoria de cualquiera de sus temas traerá momentos de gran satisfacción porque Surf City carecen del mapa de la canción perfecta pero disponen de la brújula que indica el camino. Sin embargo, el conjunto en su totalidad puede sonar en ocasiones repetitivo pero no olviden que estamos hablando del primer álbum de un gran grupo de pop cuyo método de entrega pasa a involucrar a una gran cantidad de distorsión.
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