Revista Cine
Dirección: Bettina Perut + Iván Osnovikoff
"Surire", del 2015, es el último documental de Perut + Osnovikoff que comentaremos mientras los otros aún no estén disponibles.
Surire es una localidad ubicada en la frontera entre Chile y Bolivia, ubicada a más de cuatro mil metros de altura o por sobre el nivel del mar. Pareciera que por ahí no sucede mucho, pero la singular dupla documentalista viene a demostrar lo contrario, sin embargo sin grandes aspavientos o espectáculos, pues lo que registran es, ni más ni menos, que la experiencia humana ahí presente y, por supuesto, la de la naturaleza. Las aves, las llamas, algunos conejos (o similares), los lagos, el cielo, los cerros, los salares. Un ocioso cuidador de la Conap (que la verdad ni hace mucho ni aparece mucho), de fondo y de lejos la actividad de las compañías, con sus camiones y grandes maquinarias, una pareja aymara que busca alguien que le cuide y pastoree su rebaño de llamas, y la más importante, la más protagonista si cabe, una solitaria y acezante señora, también aymara, junto a su gato y tres perros, viviendo en su día a día, ya cada vez más difícil por las dificultades de la edad.
Con ese estilo formalmente depurado, impecable, de una fotografía deslumbrante e impresionante, siempre precisa e inteligente en su uso de la profundidad de campo, contemplativo y observador, de no intervención, distanciado, pausado y, como dije, sin artificios dramáticos, descansando plenamente en el poderío de la realidad misma registrada, qué más se puede decir de "Surire" salvo que es un documental bello y otro paso en la consolidación del estilo único de Perut + Osnovikoff, de su voz inconfundible e inimitable, ciertamente exigente y nada fácil para espectadores acostumbrados a ritmos más veloces, dinámicos y siempre sustentados en un fin ulterior, que a veces va más allá de la pantalla o del metraje pero que funciona como una suerte de "causa" del visionado, mientras que "Surire" no, pues se instala en un tiempo irremediable e inabarcable, tanto como el paisaje, como el espacio, con imágenes y un montaje en cierto sentido abstractos, pues sólo remiten a sí mismos, al ahora, al presente: el valor radica justamente en lo que está sucediendo frente a los ojos aunque no parezca gran cosa, aunque parezca una acción baladí y perdida como tantas otras, sin que parezca relacionarse con aquello que se dice futuro o porvenir. En cualquier caso un documental como "Surire", además de su inherente valor cinematográfico, también destaca como ejercicio de perspectivas, acaso también como ejercicio antropológico, en fin...
No es tan simple lo que hacen Perut + Osnovikoff ¿cierto?