Irónico y corrosivo documental de Erik Gandini, realizado por la productora independiente ATMO de Estocolmo. Parte de un análisis del papel del consumidor actual. Una representación perfecta y excepcional de la cultura antisistema. Entre una edición frenética, un constante acompañamiento musical y un inagotable juego de montajes audiovisuales, Surplus logra poner en evidencia las contradicciones del sistema.
El film de Gandini no recurre a la humanización del problema para reforzar su tesis (como La pesadilla de Darwin). No cae en esa despreciable trampa política que obliga a proponer alternativas antes de criticar el orden actual (como The take). Surplus no construye, destruye. Exactamente igual que sus protagonistas. Porque, digámoslo claro, la película de Gandini es un arma, un artefacto de propaganda del pensamiento antisistema. Como tal, sus principios son los de atacar con todas las armas posibles, destrozar sin escrúpulos la moral imperante, aunque esto suponga utilizar métodos ilícitos según el esquema racional (político y cinematográfico). La intención queda clara desde el principio: al diablo la moderación. Se trata de negar (no cuestionar, no poner en duda) la validez de los modelos políticos conocidos en la Historia Actual (la etiqueta que empieza a usarse para abarcar desde el fin de la II GM hasta nuestros días), de Lenin a Keynes, de Marx a Adam Smith.
No es casualidad que los primeros planos nos remitan a la tragedia de Génova en 2001, hito de nuestra era que convirtió en mártir a Carlo Giuliani. Surplus se alinea abiertamente con el movimiento del Black Block y cualquier forma de lucha activa. Niega las normas básicas de un “contrato social” que considera tramposo y criminal. En consecuencia, los elementos cinematográficos a los que recurre tampoco se ajustan al rigor que se presupone en el género documental. Es pura manipulación. Y es éste precisamente su mayor interés. Denuncia la macro-propaganda tomando prestadas sus más descaradas armas de persuasión, construyendo una micro-propaganda, un duelo ideológico (del que sale vencedor) con un doble objetivo: atraer adeptos a su causa y llamar la atención sobre el peligro de dejarse llevar por un caudal de inocente información politizada…más en Red Permacultura