Revista Asia
Los que trabajaban en el complejo industrial de Kaesong aún no se lo creían. Por su labor iban a recibir de 70 a 130 dólares mensualmente dependiendo de la función. Cada dólar americano equivalía a 100 wones coreanos y dicha cantidad parecía dar una gran estabilidad en sus comunidades familiares. Empezaron en sus nuevos puestos de trabajo, cumplieron con satisfacción todos los encargos y los supervisores estaban contentos ante sus quehaceres correspondientes. Pero a la hora de recibir el salario mensual, solo les dan dos dólares. Piden explicaciones y dicen los que mandan que de su salario base les han descontado el alojamiento, seguros de diferentes tipos, etc. Algunos discrepan pero no lo manifiestan y otros no tratan de poner una cara agobiante y reciben "encantados" los dos dólares.
Hablan entre ellos e intentan poner la mejor cara posible. "Al menos somos unos afortunados que trabajamos aquí, si estuviéramos en alguna parte del país posiblemente moriríamos de hambre". Pero aún así siguen sin estar convencidos y como acto de rebeldía, intentan afanar de pequeños objetos que hay en el complejo: comida como los demandados alfajores de chocolate Choco Pie o vestidos que quizá su compañera de al lado habrá cosido el día de antes. Al no poder adquirir solamente tres kilos de arroz con los dos dólares americanos, intentan negociar en el mercado de la zona cambiar a 8000 wons por cada dólar. Algunos fracasan en el trato y otros incluso logran subir hasta los diez mil. Mientras tanto, en el bolsillo del régimen, que muy posiblemente financiará en la fábrica de armamentos siendo misiles como prioridad, siguen llegando dólares.
Nota: En los mercados de Corea del Norte cada kilogramo de arroz se vende de 4000 a 5000 wones aproximadamente. El diario de Corea del Norte