Revista Cultura y Ocio

Sus razone$ tendrá

Publicado el 01 octubre 2015 por Revista Pluma Roja @R_PlumaRoja

Nos han enseñado que en la democracia ganan las mayorías. Nos han enseñado que en la democracia son la cantidad de votos los que determinan los bandos ganadores o perdedores. Nos han enseñado que en democracia, son las ideas las que triunfan, y no los golpes, las balas o las presiones. Sin embargo, en el Chile actual, pese a lo descrito anteriormente, los que nos gobiernan parecieran empecinados en hacer todo lo contrario a lo pregonado por ellos mismos; defensores de la democracia como concepto, y han preferido, en cambio, transar sus más nimias “propuestas” de cambio con el bando perdedor: la ultra derecha. Consagrando, de esta manera, lo que podemos llamar, sin pelos en la lengua, el circo de la democracia y falacia chilena.

El actual gobierno liderado por Michelle Bachelet (Partido Socialista) fue elegido hace 19 meses con más del 60% de los votos. Literalmente arrasó con sus contrincantes, y no solo eso, además, logró mayoría en ambas cámaras del congreso, es decir, literalmente, idea que se propusiera, era idea que podía concretar, pues, en el papel, tenía los números para lograrlo. Sin embargo, pese a haber triunfado en las urnas y, además, haberse apropiado de consignas populares del pueblo chileno (gratuidad en la educación), junto con haber sumado a su campaña electoral a caras visibles de los movimientos sociales de la primera parte de la década (Camila Vallejo y otros), al final, optó por un camino alternativo, el camino fácil: olvidarse de toda la gente que votó por ella y comenzar a actuar como la perdedora de las elecciones. Y ya una vez en el sillón presidencial, comenzar a pactar y transar con los perdedores y sediciosos de siempre: la ultra derecha.

Alteraciones

Fue así como, por ejemplo, a su propuesta –robada de las consignas de la calle– de gratuidad universal en la educación superior, pasó a proponer una reformilla que nadie entiende bien de qué se trata y, que en el mejor de los casos, traería gratuidad universal en la educación superior recién el año 2020. Es decir, dos años después de que termine su mandato. Todo esto, claro, sujeto a la voluntad de los señores feudales que “mueven” a la diosa economía. Ah, y por supuesto, a la voluntad de la secta llamada ultra derecha.

Ahora bien, yo me pregunto: ¿Y qué pasará cuando llegue otro gobernante, el 2018, y resulte que no lo guste la idea de la gratuidad, y eche marcha atrás a esta propuesta; saldrá ella del confort de su casita en Nueva York ella a hacerse cargo de los que nos pasa aquí en el patio trasero?

Fue así que también, por ejemplo, a la propuesta -tergiversada- de las consignas de la calle por una Asamblea Constituyente, prefirió lo más insípido y ambiguo: establecer mecanismos dentro del actual marco “legal” que permitan elaborar una Nueva Constitución para que, finalmente, esta sea aprobada por la gente, mas no deliberada por ésta. Es decir, una patada a la idea de la Asamblea Constituyente que tantos clamamos ya no como una prioridad, sino como algo de vida o muerte, dado el actual estado podrido de nuestros gobernantes, políticos y empresarios que han hecho y deshecho bajo esta constitución elaborada en dictadura.

Lo dijimos

Si bien, nunca es bueno ser general después de la batalla, en Revista Pluma Roja y dentro del movimiento social de izquierda consecuente que sigue en pie de lucha por cambios a favor del Pueblo, sabíamos lo que iba a suceder una vez que ganara Bachelet: básicamente, nada, todo seguiría igual o peor que antes, en materia de cambios a favor del Pueblo. Sin embargo, el giro completo del gobierno hacia el capital, el empresariado y los gremios que manejan la llave de la productividad en el país, y la entrega vergonzosa a la voluntad de la ultra derecha, resulta francamente patético y supera hasta las más catastrofistas predicciones que se podrían haber hecho en torno a su segundo mandato y la relación con ese sector político.

¿Girando al centro?

Pero como si todo esto no fuera malo, afírmese, se pone peor. Muchos miembros del actual gobierno sostienen que la solución para “sacar adelante” este gobierno que se hunde y pierde apoyo de la ciudadanía es generar más consenso, y abarcar más ideas de quienes se encuentran en el centro del espectro político.

Es decir, no contentos con escuchar todos los lloriqueos de la ultra derecha y hacer lo que ese sector quiere que hagan, ellos mismos consideran que tienen que acercarse más al centro para lograr acuerdos y lograr apoyos. Y yo, exclamo: ¿En serio? ¿En qué mundo viven? ¿Se considerarán de izquierda? O ¿Estarán tan a la derecha que, de hecho, acercase al centro debería ser visto como algo positivo?

Delirios

Ha habido ocasiones, en delirios nocturnos, en el que muchas veces he imaginado que Bachelet, en un arranque de ira y hastiada por el constante bombardeo mediático de la ultra derecha, el empresariado y sus parlamentarios, se levanta una mañana, se mira al espejo y se grita: ¡Esto no puede seguir así! Luego, llama a reunión a todos sus ministros y los destituye a todos. Esa misma mañana convoca al pueblo en la Plaza de la Ciudadanía y les dice que escuchará sus demandas y que, además, les pide les entreguen nombres para armar un nuevo gabinete popular. Esa tarde convoca a los estudiantes, pobladores, trabajadores y pobres a una reunión, y juntos delinean los pasos a seguir. Recuerda sus sueños de juventud rebelde (si es que los tuvo) y comienza una revolución popular, con la verdadera mayoría: el Pueblo que mueve este país. Ella, en definitiva, llama a vivir una verdadera democracia, y actúa con la dignidad del cargo que le entregaran vía votación popular en las últimas elecciones.

Sin embargo, luego recuerdo, nada de esto es real, ni lo será. Los delirios cesan, entro en razón, y recuerdo que todo lo que pienso no deja de ser eso, solo un delirio de desvelado, y regreso a la cruda realidad: Bachelet solo tiene ojos para la derecha y su poder económico.

Sin embargo pienso: ¡Qué fácil sería para ella y el gobierno dejar de transar con la ultra derecha y mirar a su izquierda: el Pueblo! Lamentablemente para nosotros, pese a que somos mayoría, no tenemos la verdadera droga que mueve a nuestros gobernantes: dinero por montones, ni bancos, ni tierras, ni empresas mineras, etc. El burgués solo trata con el burgués, y la presidenta, sus razone$ tendrá para ignorarnos.

La gota que rebalsa el vaso

En fin, y para coronar esta torta con una guinda, en una muestra de la entrega absoluta de este gobierno solapado de derecha, a la ultra derecha, luego de un día de protestas el pasado 27 de agosto de 2015, ese mismo gremio que le hizo un boicot y le paralizó al país durante un mes el año 1972, al Gobierno Popular de Salvador Allende, el gremio de los dueños de camiones en Chile, esos mismos, son recibidos con las puertas abiertas en la casa de gobierno para escuchar sus “dramas”. Una muestra más de la nula voluntad de un gobierno “socialista” por vivir a la altura de su nombre, actuar como el bando vencedor, y cumplir las cosas que prometió y, en cambio, abrirse de par en par a quienes manejan el capital en este país. Un asco total.

Si en democracia gana una mayoría y gobierna la minoría

¿Qué demonios es entonces?

Por Pablo Mirlo

pablomirlo.wordpress.com


Sus razone$ tendrá

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