Susanne Bier. Wikipedia
En el libro Talking Movies: Contemporary World Filmmakers in Interview, escrito por Jason Wood en 2006, hay una entrevista con Susanne Bier en la que cuenta que primero estudió religiones comparadas y después arquitectura y «me interesé mucho en elementos en la línea de las películas, como el diseño de decorados. Entonces me interesé más en las personas que en los muros que había diseñado y empecé a leer guiones. Me presenté como directora artística al National Film and Television School en el Reino Unido y mientras estaba en la entrevista les dije que no estaba decidida si quería ser directora artística o directora, y me dijeron que debería irme a mi casa y pensármelo. Muy pronto me presenté a directora en Den Danske Filmskole. No soy como varios directores masculinos que han sido fanáticos del cine toda su vida». Según Bier, parece que el cine se ocupa más de la gente que la arquitectura, lo cual es muy discutible, pero sí es verdad que esta última se convierte en un valioso paso intermedio para acabar dirigiendo películas. También le preguntan qué directores le influían en aquellos años y contesta: «Yo estaba increíblemente influenciada en aquel entonces por directores como Antonioni que usaban la arquitectura muy significativamente». No es la primera vez, ni será la última, que se recomiendan en este blog las películas dirigidas por Michelangelo Antonioni, porque su huella ha sido fundamental en las relaciones entre el cine y la arquitectura y, si no sigue siéndola, sólo podrá ser achacable a la falta de cultura cinematográfica tanto de algunos cineastas, como de algunos arquitectos.