El Tribunal Europeo de Derechos del Hombre ha sentenciado hace pocos días que se puede suspender la alimentación e hidratación
a Vincent Lambert, un francés que permanece desde 2008 en estado mínimamente
consciente como secuela de un accidente. La sentencia se refiere a la decisión
del Consejo de Estado francés autorizando que se cesara de alimentar y de
hidratar a Lambert: ésta, según el tribunal, no viola el derecho a la vida de
este hombre.
La discusión se entabló entre sus padres, que desean cuidarlo, y
su esposa y otros familiares, partidarios de dejarlo morir de inanición, alegando
que es lo que el paciente habría querido. Son
llamativas las variaciones informativas en los distintos medios: mientras que unos
aclaran que no está en estado vegetativo, sino sólo mínimamente consciente, otros
ocultan ese dato fundamental, dejando entre
líneas el dato de que los padres son católicos, y subrayando el derecho
a rechazar el tratamiento, aunque este caso no versa sobre eso: alimentar y dar líquido
no es tratamiento de nada y no se puede considerar encarnizamiento terapéutico.