"No entiendo. ¿Es cómo una película?"
"Más o menos". Pero después de haberlo pensado mejor añadí: "Bueno, no exactamente. Una simulación es más parecida a un videojuego. Un videojuego en el que nadie controla a los personajes. Aunque ni siquiera esta explicación es demasiado precisa. Simplemente establezco unas reglas, como el valor de la gravedad o el de la velocidad de la luz, cómo se combinan las partículas para formar materia y la forma en la que la materia reacciona entre sí. Después añado movimiento, por ejemplo, a través de una explosión, y dejo que la acción se desarrolle. Y observo".
"Entonces sí es como una película. Una película sin guión. Una película en la que los personajes improvisan pero en la que nadie sabe que está siendo observado".
"¡Sí! Esa explicación es más correcta, con un detalle. No simulo seres vivos. Simulo todo un universo. Simplificado, eso sí. Los seres solo son una consecuencia".
"Pero esos organismos que simulas..."
"No, no. Como te decía, no es que simule vida..."
"Perdón. La vida que surge dentro de tu simulación..."
"Mucho mejor".
"...no es exactamente vida, ¿no?"
"No como tú y yo la entendemos. En primer lugar porque es digital, es decir, que aunque ellos no lo saben, están compuestos de unos y ceros. Pero sí son seres vivos en su definición: entidades que nacen, crecen, se reproducen y mueren, y cuyo fin es perpetuar los ingredientes que los componen, su particular ADN".
"Pero si son un programa informático no están formados por elementos químicos. Por tanto, no pueden tener emociones".
"Sí y no. Quizás no para ti y para mí, pero para ellos, esa química y esas emociones son lo único que conocen. Que sean tangibles o virtuales es irrelevante. Esas emociones son, como nos ocurre a nosotros, la causa de todas sus decisiones. Lo que les empuja a reproducirse, alimentarse, trabajar... y eso es lo único que importa. De hecho, nosotros mismos podríamos ser parte de una simulación y nunca los sabríamos".
"Jajaja, ¿y cuál sería el propósito de eso?"
"Quizás el mismo que el de mi experimento. Conseguir seres capaces de programar una simulación. Es decir, una simulación dentro de una simulación dentro de otra simulación..."
"¿Y qué tal lo llevas?"
"Es pronto para saberlo, el programa solo lleva unos minutos ejecutándose. Si todo va bien, en un par de horas aparecerán los primeros organismos, y al final del día habrán creado su primer mini-universo simulado".
Tres días después me volví a cruzar con Truman, que me preguntó por mi práctica.
"Suspendí".
"¿No funcionó?"
"No, eso fue fácil, de hecho el profesor considera que demasiado. Dice que debería haber incluido más dimensiones espaciales. El muy cabrón dijo que hasta un niño podría haber hecho mi proyecto".
"¿Tan pocas dimensiones incluiste?"
"¿Qué querías? No tenía tiempo para hacer nada más complejo, así que lo limité a tres".