Revista Viajes

Suzhou, la otra Venecia

Por Mteresatrilla

El nombre de Venecia vende hasta tal punto que encontramos “venecias” debajo de las piedras, especialmente en el continente europeo. Cualquier ciudad que esté atravesada por canales o que se cruce más de un río ya se compara con la ciudad italiana, aunque para mí esta última es única e incomparable. De “Venecias del Norte” me suenan como mínimo tres: Amsterdam, Brujas y Estocolmo, pero también hay una Venecia en Polonia (Wroclaw), una Venecia en Portugal (Aveiro), una Venecia en los Alpes (Annecy) e incluso una Venecia en China, la ciudad de Suzhou, conocida como la Venecia de Oriente y a la que va dedicado el post de hoy.Suzhou, la otra VeneciaSuzhou, la otra VeneciaEn el caso de Suzhou, fue el propio Marco Polo quien la bautizó con ese nombre cuando vio los canales que le recordaron a su ciudad. Aunque esto sucedió hace más de setecientos años, Suzhou ya tenía una larga historia detrás cuando llegó el explorador veneciano. Fue fundada a principios del siglo VII a.C. por el emperador He Lu del imperio Wu pero fue al finalizarse la construcción del Gran Canal cuando se convirtió en una importante ciudad gracias al tráfico comercial. Marco Polo destacó este hecho en sus crónicas y según sus palabras era  “una ciudad de comerciantes prudentes y hábiles en todas las artes. También se encuentran personas eruditas en las ciencias naturales, buenos médicos y filósofos capaces”.Esta actividad comercial enriqueció a sus habitantes, se convirtió también en la principal productora de seda del país y fue un gran centro de moda para la gente rica durante la dinastía Ming (1368 – 1614) reconocida incluso por tener a las mujeres más bellas.Suzhou, la otra VeneciaSuzhou, la otra VeneciaMuchos de aquellos adinerados comerciantes y artesanos se hicieron construir grandes y hermosos jardines que actualmente atraen a múltiples turistas.Sus nombres son tan evocadores como: Jardín del Administrador Humilde, Jardín del Maestro de Redes, Jardín del Bosque del León, Jardín para Vagar o Jardín de las Parejas, entre los más conocidos.

Suzhou, la otra Venecia

Jardín del Administrador Humilde

A finales del siglo XIX cayó en decadencia después de varias rebeliones y posteriormente las tropas japonesas la arrasaron durante la II Guerra Mundial.Como todas las ciudades chinas ha visto incrementada su población de forma importante y en la actualidad tiene unos dos millones de habitantes pero tras algunos trabajos de restauración, la zona antigua creo que consigue transmitir de una forma bastante fiel la Suzhou de siglos pasados.

Suzhou, la otra Venecia

Se encuentra muy cerca de Shanghai por lo que es relativamente cómodo hacer una excursión de un día desde esta ciudad teniendo en cuenta la gran frecuencia de trenes y autobuses, así como los muchos tours que organizan las agencias.

En nuestro caso, cogimos el tren G7048 de las 9:31 desde la enorme Estación Central de Shanghai y en apenas media hora ya nos encontrábamos en Suzhou. Amanecimos con lluvia que no nos abandonó en toda la mañana, una lluvia muy fina pero molesta y un día triste y gris que, con toda certeza, tuvo algo que ver en que la Venecia de Oriente me decepcionara un poco respecto a cómo la había imaginado. Justo poner el pie en la terminal de la estación de Suzhou empezó la avalancha de gente ofreciendo de todo: tours, ricksaws, mapas, postales y los falsos taxistas que se encuentran en todas las estaciones y aeropuertos del país. Nuestra idea era llegar al centro caminando pero después de intentarlo un rato bajo la fastidiosa llovizna y sin estar del todo seguros de haber cogido la dirección correcta, decidimos dar la vuelta y desde la estación de tren coger un autobús ya que, como de costumbre, ningún taxista se dignó a pararnos.El primer objetivo era visitar alguno de los jardines que dan fama a la ciudad y nos decidimos por el Jardín del Administrador Humilde.

Suzhou, la otra Venecia

Jardín del Administrador Humilde

Con sus más de cinco hectáreas, es uno de los más grandes y la visita nos ocupó prácticamente toda la mañana. Los que me seguís desde hace algún tiempo ya sabéis que me encantan los parques y jardines pero con un sólo día, si nos dedicábamos a ver alguno más, hubiéramos tenido poco tiempo para callejear.Además, no hay que negar que los jardines chinos, aunque tienen un gran encanto, me atrevería a decir que visto uno, vistos todos. Quizás he exagerado un poco, pero siempre se repiten los mismos elementos decorativos: agua, peces de colores, puentes, rocas, pabellones y celosías.Ante tanta oferta, no sabíamos muy bien por cual decidirnos y no sé si acertamos o no en la elección de acudir al Jardín del Administrador Humilde.

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Suzhou, la otra Venecia

Suzhou, la otra Venecia
Lo que sí puedo decir es que había mucha afluencia de público y que el tiempo lluvioso y más bien fresco, no cambió los planes de muchas familias, que dedicaron el Día de la Barca del Dragón, festivo en todo el país, para hacer turismo.
Suzhou, la otra Venecia
A pocos pasos del Jardín del Administrador Humilde se encuentra el Museo de Suzhou y aunque según la guía merece mucho la pena, la larga cola para entrar nos hizo desistir. Después de comer nos dedicamos a pasear y pasear por la parte antigua de Suzhou, especialmente por la calle Pingjiang Lu que transcurre junto a un canal. La mayoría de casas son de madera y sus bajos se han reconvertido en tiendas o teterías caras con vistas al canal. Los sauces y los puentes de piedra junto con los farolillos rojos que cuelgan de algunas fachadas, le dan un aire de pintura china antigua.
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En otras calles no tan turísticas se puede ver como vive la población en sus pequeñas casas, muchas de ellas descuidadas, todas con salida hacia los canales y que utilizan tanto para navegar como para pescar o lavar.
Suzhou, la otra Venecia

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Cuando por fin cesó la lluvia, empezaron a aparecer las barcas de remos que ofrecen paseos por los canales, los ricksaws o los vendedores ambulantes.
Suzhou, la otra Venecia

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Suzhou, la otra Venecia
Suzhou, la otra Venecia
En una de las calles perpendiculares a Pingjiang Lu se puede visitar el interesante Museo de la Ópera, dedicado especialmente al kunqu, una variedad de ópera regional. Y aunque parezca increíble, realizamos la visita completamente solos!. Me llamó la atención el patio interior con su gran escenario que, aún sin tener demasiadas cosas en común, me recordó al Corral de Comedias de Almagro. También se pueden ver trajes e instrumentos antiguos o varias maquetas de diferentes teatros de Suzhou de características similares. Muy interesante el papapeto de madera ricamente trabajada que correspondía a una casa particular y se utilizaba para hacer representaciones en la propia casa. Recomiendo la visita del Museo de la Ópera que además es gratuito.

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Museo de la Ópera

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Museo de la Ópera


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Museo de la Ópera


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Museo de la Ópera


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Museo de la Ópera


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Museo de la Ópera


Suzhou, la otra Venecia

Después de pasear entre callejones, puentes y canales regresamos a la estación para coger un tren de regreso a Shanghai.


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