Sisters moments!!
Hola chic@s, ¿cómo va todo?. Nosotras con un finde movidito y con falta de sueño, por diferentes motivos (una porque los principitos andan pachuchos y la menda porque ha estado de bodorrio) pero al final el resultados es que el domingo a las 9 de la noche ya estábamos en la cama.
Una boda en otoño-invierno no es lo más común, la gente suele elegir el buen tiempo para estos eventos porque mientras que en verano las posibilidades estilísticas para las invitadas empiezan en la simple combinación de un vestido con unas sandalias y terminan donde ellas quieran, en invierno la tarea puede resultar mucho más ardua. La dificultad reside, básicamente, en que hay que tener en cuenta bastantes variantes como medias, vestido y hasta abrigo, por no hablar de la humedad y sus efectos en los peinados, pero en este caso, me ha tocado ser la madrina en noviembre, y nada menos que la madrina de mi padre jeje. Es raro, ¿verdad?, pero así es…, después de casi 20 años de relación se ha casado y me ha pedido que lo acompañara en este día especial.
Tener a mano un manual de normas básicas de protocolo para sobrevivir a una boda no estaría mal.
Comprar el vestido ha sido toda una odisea porque hay que tener en cuenta diversos factores que aunque muchos no cumplen, exige el protocolo, y yo como madrina no quise saltarlos. Intenté no sólo buscar el modelo más espectacular, sino que además fuera adecuado a la ocasión. No es lo mismo acudir a una boda en el campo y a pleno día, que en la ciudad y durante la noche. Se supone que en una boda de día, de largo sólo van la madrina, las testigos y las hermanas o hijas de los novios. El resto de mujeres de una boda por el día debe ir de corto.
En mi caso, después de comprar varios vestidos por indecisión, al final opté por uno bastante sencillo, de color rojo, al que añadí algunos complementos que destacaran para que le dieran el toque festivo que debía llevar. Añadí piedritas de strass al cinto que iban estupendas con los zapatos y el clutch, la pulsera y los pendientes a juego, hicieron compañía al wedding outfit. El peinado, aunque no se aprecie bien en las fotos, es el típico de años 20 (onda al agua). Nuestro gran amigo Alexis Oval, nos peinó a mi hermana y a mí, y como siempre…, un trabajo impecable, ¡qué haríamos sin ti!. Para el maquillaje no me compliqué mucho, ya que tengo algunos conocimientos y con los productos que tengo en casa iba sobradísima.
Esperando a los invitados en el Ayuntamiento.
Momento selfie en el banquete. Por supuesto, Ángel con pajarita roja para crear armonía entre ambos.
Vestido: Woman´s Shopper La Laguna (aunque yo le di mi toque personal)
Camisa Ángel: El Corte Inglés
Pajarita: H&M
El vestido de Sara Carbonero en uno de sus post, prácticamente igual al mío. Por supuesto yo lo conseguí low cost.
♥♥♥
El clutch me encantó no sólo para esta ocasión, sino porque creo que estas navidades le podré dar caña.
Anillo y pendientes de SWAROVSKI. (La pulsera es del chino, lo confieso)
“Con los años he aprendido que lo más importante en un vestido es la mujer que lo lleva puesto”
Yves Saint Laurent