En alguna ocasión hemos escuchado temas de country que, directa o indirectamente, se pueden considerar precursores del rock, que nació oficialmente a mediados de los años 50. Esta relación de amor cristalizaría a finales de los 60 con la génesis del country-rock.
Hoy os traigo uno de los mejores ejemplos de este subgénero. Entre marzo y mayo de 1968, The Byrds se embarcó en una épica aventura: la grabación de su sexto disco, Sweetheart of the Rodeo, un hito del country-rock que aparecería en el mercado en agosto de ese mismo año en Estados Unidos y en septiembre en Reino Unido.
The Byrds se aglutinó en California en 1964 en torno a Roger McGuinn, con artistas como Gene Clark o David Crosby. El grupo estuvo en activo hasta 1973, fecha en que se disolvió. Aunque volvieron a reunirse más tarde, ya no alcanzaron el nivel de antes.
Este álbum, que contó con la colaboración de Gram Parsons, proponía un sonido tan distinto al que los fans de The Byrds estaban acostumbrados, que, aunque la crítica le dio su beneplácito, las ventas no terminaron de cuajar. Aparecieron dos singles, You Ain’t Going Nowhere y I am a Pilgrim.
El primero de ellos, con el que se abre el disco, fue escrito por Bob Dylan en 1967 en Woodstock. Aunque el de Minnesota la terminó grabando en 1971, los Byrds lo hicieron tres años antes.
Y aquí viene el segundo, I am a Pilgrim, una canción anónima, proveniente de la tradición popular.
You Don’t Miss Your Water es una canción soul de 1961 escrita por William Bell. Refiere un sentimiento de pérdida. Un hombre que ha sido abandonado reflexiona en estos términos: “No echas de menos el agua hasta que el pozo se seca”.
El protagonista de la siguiente canción es un personaje real, Charles Arthur –Pretty Boy– Floyd, un ladrón de bancos que alcanzó gran popularidad durante la Gran Depresión –llegó a ser declarado enemigo público número 1 después de la muerte de John Dillinger–. Era un ídolo del pueblo, ya que, a la vez que robaba los bancos, destruía los contratos de hipoteca de sus clientes, que se veían así libres de sus deudas; de hecho, su funeral fue el más multitudinario de la historia de Oklahoma. Woodie Guthrie, oriundo de este estado, le dedicó una canción folk, The Ballad of Pretty Boy Floyd (1939), cinco años después de la muerte del “Robin Hood de las montañas”. Esta es la versión de The Byrds.
Termino con Hickory Wind, escrita por Gram Parsons y Bob Buchanan. Se trata de una canción nostálgica en la que el narrador siente que el viento en los árboles de Carolina del Sur le transporta a su hogar.