Como era de esperar, Syriza ha renunciado a su programa electoral ante la imposibilidad de llevarlo a cabo. Y es que resulta difícil entender como conquistó a la población helena con un programa sustentado en someter al país a un proceso de hipertrofia. Un país, recordemos, con una notable diferencia entre ingresos y gastos, es decir, con unas finanzas públicas mal gestionadas y, por tanto, en un estado deplorable.
A continuación, voy a mostrar la lista de reformas que finalmente van a llevarse a cabo, las cuales distan mucho de las que inicialmente se expusieron. La información ha sido recopilada y extraída de la web del economista Juan Ramón Rallo (http://juanramonrallo.com/2015/02/syriza-se-arrodilla-ante-la-troika/).
– Aumento efectivo del IVA, a través de un proceso de reclasificación de los productos, recolocándolos en el tipo impositivo más elevado.
– Subida efectiva del IRPF, eliminando exenciones y deducciones.
– Combatirá el fraude fiscal, concentrado en modestos autónomos cuyos ingresos no permiten sufragar las cotizaciones sociales.
– Del mismo modo, el país se compromete a “establecer una mayor relación entre las contribuciones a la Seguridad Social y la renta”. Es decir, que se dilata “el período de cómputo de la base reguladora” y, del mismo modo, se verá mermado “el porcentaje aplicable a la base reguladora”, con la consiguiente rebaja en las pensiones.
– En colación con la edad de jubilación, el gobierno apunta explícitamente “eliminar las lagunas y los incentivos que dan lugar a una excesiva tasa de jubilaciones anticipadas por toda la economía” que significa atrasar la edad de jubilación ampliando el periodo que se toma como referencia para el cálculo posterior de la pensión correspondiente.
– Además, impulsarán aquello que tanto han criticado, los planes de pensiones privados.
– Tampoco se ampliará la plantilla de empleados públicos, ni les subirá el sueldo a los existentes.
– En línea con todo lo anterior, va a “revisar y controlar el gasto en todas las áreas de la administración (educación, defensa, transporte, ayuntamientos y beneficios sociales)”.
– Las privatizaciones ya negociadas se mantendrán tal cual, no siendo sometidas a una renegociación.
– La Troika será la responsable de decidir cuándo se sube el salario mínimo, basada en la premisa de la productividad.
– Referente a los desahucios, no abordarán medidas radicales, sino que “se colaborará con la dirección de los bancos y con las instituciones [Troika] para evitar ejecuciones de la vivienda principal por debajo de un umbral de renta”, sin especificar, eso sí, el “umbral de renta”
– Una lucha “contra la crisis humanitaria” que no va acompañada de la correspondiente partida presupuestaría que permita practicar políticas en sentido alguno.
No quiero pensar como se lo habrán tomado sus votantes, pues el programa que Syriza exhibió con tanto entusiasmo y alegría, ha quedado, nada más y nada menos, que en papel mojado. Asimismo, el nerviosismo le ha empujado a acusar a diversos gobiernos, entre ellos España, de tratar de sabotear su guía de ruta, evitando que acometa las reformas tan mediáticas y esperadas por sus votantes. Vergonzoso. Quizás debería mirarse a sí mismo y preguntarse, ¿verdaderamente son factibles los compromisos adquiridos con el pueblo? Yo lo tengo claro, las pymes y los autónomos son los que generan riqueza y empleo, y son, en última instancia, los que permiten que el país progrese, aumentando el bienestar de la población. Mientras esto no se entienda y se siga esquilmando el tejido productivo, no se conseguirá reactivar la economía.