Hoy me gustaría comenzar un guía completa (wikipédica incluso) de la que ha sido mi ciudad durante 5 años, y de la cual, obviamente, es de la que más largo y tendido puedo hablar.
Con 162.000 habitantes, Szeged es la tercera ciudad de Hungría por población tras Budapest y Debrecen. Se encuentra al sureste del país, cerca de las fronteras con Serbia y Rumanía, y a 170 kilómetros de la capital húngara. Se la conoce como "A napfény városa" en húngaro, traducido como "The sunshine city" en inglés o "La ciudad de la luz del sol" en castellano, debido a que es una de las regiones húngaras que disfruta de más horas de sol al año. Eso dicen las estadísticas.
Cómo llegar:
Se encuentra muy bien comunicada: la autopista M5 la une con la capital en poco más de hora y media en automóvil, y el tren lo hace en dos horas y veinte minutos con la estación de Budapest-Nyugati, y en apenas 2 horas desde la estación de Ferihegy (cerca del aeropuerto). El tren será el medio de transporte público a elegir, salen cada hora aproximadamente en ambas direcciones. Los autobuses tardan más y las frecuencias son peores.
Un poco de historia:
La ciudad existe desde hace muchos siglos, probablemente ya estaba habitada por los Hunos, aunque la primera vez que se la menciona en un documento histórico es mediante el rey Béla III en 1183. Ganó gran importancia estratégica en los enfrentamientos contra el Imperio Otomano, por su situación, hasta ser finalmente ocupada por los turcos en 1543 y liberada por los Habsburgo en 1686. En 1879 sufrió una gran inundación que devastó la ciudad, quedando en pie tan solo 265 de los 5723 edificios que existían. El emperador Francisco José de Austria visitó la ciudad tras el desastre y aseguró que construirían una ciudad aún más hermosa (era la época del imperio Austrohúngaro, la más floreciente de la historia del país). Palacios y amplias avenidas se levantaron poco después. Muchos edificios siguen la arquitectura imperial de la época, y la mayoría piden a gritos una obra de restauración que les va llegando poco a poco, lentamente, debido a la situación económica actual, y que no deja de ser la mejor representación de un país que fue poderoso hasta hace un siglo, pero que a día de hoy vive momentos difíciles.
Durante la época socialista, se asentó una importante industria alimentaria (productos porcinos, sobre todo gracias a la fábrica de Pick, así como elaboración de paprika o la fábrica de lácteos de Mizo, entre otros). También hay una considerable industria ligera y en los alrededores las principales (aunque modestas) reservas de petróleo y gas del país. Esto unido a su importante universidad, que tiene más de 30.000 estudiantes, y que fue trasladada desde Kolozsvár (Cluj-Napoca en rumano) a raíz de la pérdida de los territorios de Trianon en 1921, le ha dado una importante prosperidad dentro del país, además de su situación próxima a la unión de los ríos Tisza y Maros y a las actuales fronteras de Serbia y Rumanía, donde se dirigen las autopistas M5 y M43 desde Szeged.
Qué ver:
A continuación expongo el que es mi recorrido favorito por la ciudad.
Una vez llegamos a la estación de tren de Szeged, nada más bajarnos, tendremos la vista de las dos torres de la catedral en el horizonte, que nos indican la dirección a seguir.
Estación principal de tren de Szeged.
La estación de tren de Szeged se encuentra algo alejada del centro. Al salir del edificio tenemos dos opciones: tomar el tranvía (pasan dos líneas, 1 y 2, ambas nos sirven), o caminar siguiendo sus raíles. No tiene pérdida, así que recomiendo caminar por la avenida Boldogasszony (que significa curiosamente "mujer feliz", aunque se refiere a la Virgen María). En diez minutos habremos llegado al Arco de los héroes, una curiosa estructura que da el acceso a Aradi Vertánuk tére (la plaza de los mártires de Arad, en homenaje a varios líderes húngaros de la revolución de 1848 contra Austria que fueron ejecutados en represalia por los Habsburgo en la localidad de Arad, hoy en día Rumanía). El arco es un homenaje a los muertos de la 1º guerra mundial, y fue pintado en 1936, aunque se restauró en el año 2000. Además veremos el imponente y recién restaurado edificio de la facultad de Ciencias de la Universidad de Szeged, de color salmón.
Aradi vertánuk tére y el arco de los héroes al fondo.
Si vinimos en tranvía, aquí es donde nos tenemos que bajar, y si lo hicimos andando, abandonamos sus raíles que continúan por Zrínyi utca (nombre impronunciable para muchos hispanohablantes), y cruzamos otros arcos de ladrillo marrón oscuro que dan acceso al Dóm tér (plaza de la catedral). Es el sitio más característico de Szeged. La catedral se comenzó a construir en 1913 y no se terminó hasta 1930, ya que le pilló la primera guerra mundial de por medio. Las dos torres laterales miden 91 metros de altura, y la bóveda central 54. Merece la pena entrar a echarle un vistazo por dentro. Mucha gente descansa tomando el sol en los propios escalones de la catedral o en los bancos. La plaza está rodeada por los departamentos de la universidad de Szeged, especialmente la facultad de medicina. Un paseo por debajo de los arcos nos ofrece ver una exhibición de esculturas y bustos de artistas o científicos húngaros, como toda ciudad magiar que se precie.
Dóm tér, o plaza de la catedral.
Dejando atrás la catedral, giramos a la izquierda, bien por la calle Eötvös o por la calle Somogyi, hasta llegar a otro lugar importante: Árpád tér (Plaza Árpád), donde se hayan el edificio principal de la Universidad de Szeged, en color ocre, y una interesante fuente cuyos chorros realizan una especie de coreografía al ritmo de una música que suena en unos altavoces. Es un buen lugar para hacer una breve parada.
Después seguimos por Kárász utca, (calle Kárász, que es el nombre de un pescado, Carassius), la más famosa y populosa de Szeged. Allí tenemos varias franquicias de comida rápida (McDonald's y Subway) y varios cafés. Al llegar al McDonald's, recomiendo girar a la izquierda por Kölcsey utca hasta una pequeña placita en Tisza Lajos donde está el Reók Palóta, un edificio de arquitectura art nouveau, que en realidad es un museo, y que recuerda por un momento a la Barcelona de Gaudí. Por dentro, aparte de una escalera preciosa, tampoco ofrece mucho más aparte de las exhibiciones de turno. También está la Facultad de Derecho. Volvemos por donde vinimos de vuelta a Kárász.
Kárász utca, centro neurálgico de Szeged.
Reók Palóta.
Mi recomendación es continuar hasta una plaza, Klauzál tér, el centro neurálgico de la ciudad, donde se haya la famosa fuente de los leones. Allí recomiendo entrar en A Capella Cukrászda, una pastelería que hace esquina con una enorme terraza, y probar algunos de los típicos dulces húngaros. Mis favoritos son la Sómloi Galuska (hay de chocolate con leche y chocolate blanco, no puedo elegir y termino pidiendo las dos) la Dobós torta (bizcocho y chocolate con una costra de azúcar glaseado) y la Eszterházy torta (de bizcocho, crema y almendras), también está la famosa tarta austríaca Sacher, pero hay muchísimos más pasteles, es casi imposible elegir entre tanta variedad. Mi recomendación es, antes de sentarte en la terraza, entrar dentro y elegir ante sus espectaculares mostradores. Puedes pedirlo allí directamente o al camarero en la terraza. También hay muchísimos tipos de helado en verano. Si hace mal tiempo y no podemos disfrutar de la terraza, en el piso de arriba hay mesas y están los baños. La pastelería es probablemente la más cara de Szeged, y también la más famosa, y en los últimos tiempos la calidad del servicio ha disminuido considerablemente, no obstante aún sigue siendo un "must" entre los visitantes.
Klauzál tér
Al lado de A Capella tenemos Hatos Rétes, una pastelería especializada en este dulce (Retes en húngaro o Strudel en alemán), una especie de hojaldre relleno de fruta confitada. Es bastante popular entre los húngaros, aunque no tanto entre los extranjeros. Hace años había otras dos pastelerías (Virag cukrászda y Kisvirag crukraszda), y aún pueden verse sus letreros, aunque cerraron y los locales siguen vacíos, no sé qué va a pasar con ellas en el futuro. Probablemente por esto A Capella ha monopolizado la plaza y subido los precios considerablemente. Pese a todo, en comparación, no es tan cara como las pastelerías Budapest, y ya no hablar de las de Viena.
A mano derecha, tenemos Oroszlán utca (calle del león), donde están algunos de los mejores restaurantes de la ciudad, uno al lado del otro: Bistorant (con buenos vinos, una buena carta con mezcla de cocina tradicional y moderna, y un menú tipo bistró francés más asequible inspirado en Albert Szent-Györgyi, el descubridor de la vitamina C y premio Nobel, que da nombre a la facultad de medicina de la ciudad), Oldies (restaurante de estilo más mediterráneo) y John Bull (restaurante tipo pub inglés, el más veterano, famoso entre los extranjeros, y con excelente carta y servicio, enfrente hay una característica cabina de teléfono estilo London). Cualquiera de los tres es una buena opción.
Saliendo de Kárász utca, cruzamos la calle del puente (Híd Utca) y entramos en Szechényi tér, teóricamente una plaza (de las mayores de Europa dicen) aunque parece totalmente un parque, con sus jardines, esculturas, bancos y paseos. Sin embargo, como no es un recinto vallado, no se considera parque sino plaza. Sea como fuere, es un sitio predilecto entre los locales para pasear o descansar. A la izquierda está el ayuntamiento de Szeged, un precioso edificio con una torre, que a ciertas horas pone música. Al final de la plaza hay también edificios de gran belleza, de oficinas y viviendas, y un restaurante serbio muy recomendable llamado "Classic café". Si entrais aquí a comer, olvidaos de la carta y pedir directamente Plyeskavicza o Csevap. Ambos son una mezcla de carne picada mezcla de ternera, cordero y cerdo, el csevap es en forma de salchichitas y el plyeskavicza en forma de hamburguesa (filete ruso en españa). Viene acompañado de patatas fritas y dos salsas: la roja es ájvar (elaborada con pimiento, berenjena y algunas especias, riquísima) y la blanca es tejföl (crema agria o sour cream en inglés, con trocitos de cebolla picada).
Városháza, ayuntamiento de Szeged.
Aquí giraremos a la izquierda por una avenida donde volvemos a encontrarnos con el tranvía. Enseguida llegamos a Anna Kút, una fuente de aguas termales sulfurosas en la cual, a casi cualquier hora, puede verse a húngaros haciendo cola para llenar botellas y garrafas. No es muy agradable su sabor (su olor tampoco, por el azufre), pero dicen que es buena para la salud, en cualquier caso es muy popular en la ciudad. La fuente está presidida por una pequeña escultura de una bailarina, supongo que la que le da nombre. El palacio de Máv (los ferrocarriles húngaros) está al otro lado de la calle.
Fuente de Anna-kút.
A la derecha está Kálvin tér, con su iglesia, un elegante edificio amarillo de viviendas (en el cual viví yo un año) llamado Reformatus Egyház, y enfrente, Anna Fürdő, un balneario que debemos visitar. Por las noches, entre semana, abre desde las 9 a las 12 de la noche, y es más barato. Durante el día abre creo que de 8 a 20. Obligatorio entrar y bañarse en todas sus pequeñas piscinas: las hay más calientes, más fresquitas, para nadar, para sentar, para jugar al ajedrez, con barros, sauna y cabina de gas. Cerca de la plaza, siguiendo hacia el norte la calle Tisza Lajos, hay otro pequeño palacio en la línea del Reók, aunque este no está restaurado: Gróf palóta, que alberga viviendas y que el día que arreglen la fachada será precioso.
Anna-fürdő, balneario del centro.
Gróf Palóta.
La siguiente parada es Szent István tér y su espectacular torre de agua (hoy en día de uso meramente turístico, pero que antaño almacenó el agua extraída de los acuíferos). Si está abierta (solo lo hace algunos días), se puede ver una pequeña exposición sobre la torre, las inundaciones de Szeged y subir hasta arriba, donde hay espectaculares vistas de la ciudad.
Torre de agua de Szent István tér (imagen superior) y vistas desde el mirador de la torre (imagen inferior).
Si volvemos a Anna Kút, podemos seguir por la avenida Kossuth Lajos hasta la iglesia blanca de Rókus, que por desgracia necesita un buena arreglo. Al lado está el mercado de Szeged, donde los pequeños agricultores de los alrededores van a vender su género, en Mars Tér (plaza de Marte). Al lado están la estación de autobuses, una discoteca y la cárcel de máxima seguridad de Hungría, que unido al nombre del lugar le da un toque más que curioso a la ciudad.
Volviendo de Márs tér por Guttenberg utca, veremos la espectacular sinagoga de Szeged de 49 metros de altura, la 4º sinagoga más grande del mundo y la 2º de Hungría. Siguiendo esta calle pasamos por el restaurante Indio Taj mahal, donde hacen un exquisito pollo Tikka Masala. Si entramos aquí a comer, no pidáis otra cosa hasta no haberlo comido al menos una vez. Se debería acompañar de Tojásos rizs (arroz al huevo) y Fokhagymas kenyér (pan de ajo). La comida es excelente, aunque el servicio es bastante lento por desgracia, y el precio está bastante bien.
Sinagoga de Szeged.
Desde aquí, volveremos de nuevo a Szechényi tér, y podemos dirigirnos a la calle Stefánia, donde está el Teatro de Szeged, otro edificio de gran belleza, el edifico del antiguo Hotel Hungária (hoy en día cerrado, aunque el inmueble es uno de mis favoritos de la ciudad), la cafetería Marlenka (cambió de nombre hace poco, antes era Stefánia, como la calle), donde se puede tomar un café y degustar sus tartas Marlenka, deliciosas, y por último, un parque, Várkért, desde donde podemos comenzar un agradable paseo en dirección sur por la orilla del río Tisza (Tiszapart) a la sombra de los enormes árboles. Llegaremos así al museo Móra Ferenc, espectacular edificio, con una bonita fuente, y varios bancos para descansar.
Museo.
Teatro.
Siguiendo hacia el sur, cruzamos el Belvarosi híd por debajo, construido en 1883 en plena época Austrohúngara. Ahí tenemos la Roosevelt Halászcsárda, un tipo de restaurante especializado en pescado, donde hacen una espectacular y deliciosa sopa de pescado, además de, por supuesto, otros platos (incluyendo no-pescado por si a algún comensal no le gusta pero se ve forzado a entrar). Podemos seguir por el paseo de Tiszapart o desviarnos a Oskola utca, donde hay otra de las mejores pastelerías de Szeged, la Dóm cukraszda, aunque es muy pequeña y apenas tiene mesas, por lo que muchas veces no hay sitio libre. En verano, es imperdonable no probar aquí el Jegeskávé (café helado), que es una café con leche con una bola de helado de vainilla sobre la cual echan espuma de nata y chocolate líquido. Aunque hay en muchos sitios, el mejor de Szeged es sin duda en esta pastelería, y me atrevería a decir, después de haber viajado por buena parte del país, que es una de los mejores jegeskávé de toda Hungría. Enfrente de la Dóm cukrászda está el que tiene a mi juicio el mejor Durum de Szeged, el Duna Kebab.
Edificio de entrada a la parte occidental de la ciudad desde Újszeged (al otro lado del río Tisza). Tienen una curiosa historia: pertenecen al ayuntamiento pero están abandonados. No hay suficiente dinero para mantenerlos pero tampoco los venden ya que los utilizan para avalar préstamos.
Edificios característicos de la calle Oskola.
Edificio del centro con un característico color rosado.