Szentendre es una localidad situada a las afueras de Budapest, que debido a su belleza y cercanía se ha convertido en una escapada habitual para los residentes de la capital y muchos de los turistas que la visitan. Y no es casualidad. Un gran número de artistas húngaros ya eligieron en su momento Szentendre como lugar de residencia: escritores, poetas o músicos entre otros. Sus calles empedradas, sus múltiples iglesias, sus suaves colinas, cafés y restaurantes, el Danubio y su paseo en la orilla son algunos de los encantos de este lugar.
Los dos lugares más famosos de Szentendre son su plaza principal (Fő tér) y las calles Dumtsa Jenö y Bogdanyi út, llenas de pequeñas tiendas que venden todo tipo de souvenirs para los cientos de turistas que acuden cada día. Sin embargo, la magia de este pueblo es evitar precisamente esos bulliciosos lugares y perderse por sus calles empedradas, vacías de turistas y con el mismo encanto o más que la calle principal. La influencia mediterránea de dálmatas y serbios que habitan muchas de sus casas puede notarse en su ambiente. Szentendre no tiene un monumento especialmente famoso, ni un lugar obligatorio para ver, sino que es el conjunto de sus calles, y de su atmósfera lo que le da una magia especial.
Calles y vistas de Szentendre.
Para llegar aquí hay varias opciones: la más cómoda es mediante el tren cercanías, llamado HÉV, que parte de Batthyány tér (en Buda, se puede llegar mediante la línea 2 de metro). Tambié paran en Margit híd, en la orilla de Buda. Para viajar en él hace falta un billete normal de metro o abono, que te permite viajar hasta Békásmegyer, el límite urbano de Budapest. Desde aquí el mismo tren continua hasta Szentendre, pero se considera ya cercanías, por lo que junto al ticket de metro hay que comprar una extensión hasta Szentendre. El precio total ronda los dos euros, y parten cada 20-30 minutos.
Otra opción, muy recomendable para primavera, verano u otoño, es la bicicleta, ya que hay un bicicarril desde Budapest hasta Szentendre, y es una ruta muy popular, especialmente los fines de semana con buen tiempo. El primer tramo es por Buda, luego por la agradable rivera del Danubio y el último tramo ya interior hasta Szentendre. Algunos tramos son de asfalto, aunque otros son un poco más salvajes. Hay varias rutas, pero en general, cuanto más cerca del río vayas, más bonita aunque peor camino. Es recomendable una bici de montaña, aunque con una de paseo también se puede ir.
Bicicarril Budapest-Szentendre, en varios de sus tramos.
Para comer, os recomiendo dos lugares, especialmente el restaurante Adriá, en la calle Kossuth Lajos, justo antes de cruzar el puente que lleva a la calle principal de Szentendre, hará vuestras delicias, especializado en cocina adriática y mediterránea (serbia y griega), las raciones son pequeñas y económicas, así que se puede pedir un gran plato variado, de diferentes tipos de quesos, salsas, ensalada y el famoso pljeskavica serbio (una carne picada mezcla de cordero, cerdo y vaca). Los tés son excelentes, por cierto. El restaurante es diminuto, con unas 4-5 mesas en su interior, aunque en verano hay una terraza muy acogedora. Otra excelente opción es Bibione, especializado en pasta y pizza, situado un poco más allá en una calle encantadora que cuenta con su propio ruin pub tipo Szimpla.
Restaurante grecoserbio Adriá.
Para tomar café sugiero varias opciones: la archiconocida pastelería Szamos (con pasteles excelentes, aunque servicio lento y algo torpe, y un pelín caro) es el lugar más típico, aunque por el pueblo hay varias cafeterías más recomendables, como Dorothea café, mi favorita, con unas tartas que nada tienen que envidiar a Szamos. Se encuentra cerca de la plaza principal, en la calle Jankó János. Otro sitio es Dalmát, situada en la calle Bartók Béla, sobre una colina desde la cual hay unas vistas espectaculares de Szentendre, sus iglesias y el Danubio.
Arriba, interior de Dorothea y debajo, terraza de Dalmát.
Szentendre es una escapada perfecta para un día, no hace falta dormir allí. Yo tan solo pasé una noche una vez, hace ya años, en Corner panzió, muy cerca del río y totalmente céntrica, que puedo recomendaros si buscáis alojamiento.
Hay varios museos y exhibiciones en la ciudad. Os recomiendo el museo del mazapán, de la propia Szamos, donde hay multitud de trabajadísimas esculturas y figuras hechas de este alimento, incluso puedes ver a los pasteleros en plena elaboración. La entrada es bastante económica, y está junto a la propia Szamos cukrászda.
Escultura de mazapán del parlamento de Budapest.
Si venís a Budapest y tenéis tiempo, os recomiendo encarecidamente la visita a Szentendre. Y para aquellos que viven en Budapest, venir aquí de vez en cuando un sábado o domingo, o si se puede entre semana, es obligatorio.
Puesta de sol desde el HÉV, de regreso a Budapest.