Revista Diario
Me encanta jugar a este juego con mis hijos. Desde bien pequeños es un entretenimiento que les divierte mucho. Cuando los niños dejan de ver algún objeto o alguna persona deben creer que ha desaparecido como por arte de magia; lo creo por la cara de ilusión que ponen cuando dicho objeto o persona vuelve a aparecer. De las primeras veces que mis hijos esbozaron una sonrisa fue jugando al “¡Taaaaaa! ¡Nostá!”. Estaridos en el sofá, me ponía delante de ellos con la cara tapada con mis dos manos; me encantaba observar entre mis dedos aquellos ojos abiertos como platos esperando a ver por dónde aparecía mamá. Mientras tenía la cara tapada también les hablaba para que empezaran a entender que, aunque no me vieran, estaba ahí. Así que cuando me sacaba las manos de la cara diciendo ¡Taaaaaa!, se reían muchísimo.Ahora mi niña pequeña lo hace incluso ella misma. Le pregunto dónde está, se pone las manitas en la cara y dice ¡Taaaaaa!, mientras sonríe por la gracia que acaba de hacer. Vamos, para comérsela. O se enconde detrás del sofá con su hermano y efectúan la misma operación.Con este simple juego también se puede apaciguar levemente lo que llaman la “angustia de la separación”. Mientras estás en su espacio visual, juegan tranquilamente; aunque te pienses que están distraídos y que no les importa tu presencia, en cuanto desapareces unos segundos el llanto está asegurado. Por eso, con este juego, si me marcho repitiendo la fórmula del ¡Taaaaaa! ¡Nostá!, a veces funciona. No siempre, no nos vamos a engañar, pero alguna vez sí y es un leve descanso si tienes que hacer algo. Además de escondernos las personas, si escondemos algún objeto les es un juego muy entretenido. Esconder un lápiz debajo de un pañuelo, por ejemplo, por simple que parezca, les hace mucha gracia. Y por supuesto, también hay cuentos que nos pueden servir para este juego. Además de la colección que ya cité cuando hablaba de nuestros cuentos preferidos titulada Dónde está..., hay muchos otros. La semana pasada me regalaron uno titulado Los juegos de Lupe. El texto me parece un poco soso pero los dibujos están muy bien. Intercalan solapas de tela bajo las que se esconden animalitos u objetos. Mi hija pequeña, en cuanto lo vió, fue directa a ver qué había debajo de los trocitos de tela al tiempo que decía: ¡Taaaaaa!