Crédito: HRW
Cuando termina el curso escolar se pasan el verano trabajando en plantaciones de tabaco bajo el sol ardiente de Carolina del Norte, Kentucky, Tennessee o Virginia, los cuatro estados donde se cultiva el 90 por ciento del tabaco de Estados Unidos. Si bien la ley prohíbe la venta de tabaco a menores, el trabajo infantil en plantaciones de tabaco es legal en el país.
Según el informe “Tobacco’s Hidden Children: Hazardous Child Labor in US Tobacco Farming”, publicado recientemente por Human Rights Watch, los trabajadores están expuestos a nicotina, plaguicidas tóxicos y otros peligros y trabajar en estas condiciones es especialmente dañino cuando el organismo está todavía en desarrollo, como es el caso de los menores de edad.
“Sientes ganas de vomitar. Y bebes agua porque tienes mucha sed, pero el agua te hace sentir peor. Vomitas allí mismo mientras estás cortando [plantas de tabaco], pero sigues cortando, dice una joven de 16 años en Kentucky.
“Cuando termina el año escolar, los niños se dirigen a los campos de tabaco, donde no pueden evitar quedar expuestos al peligro de la nicotina, sin fumar siquiera un solo cigarrillo”, señala Margaret Wurth, de HRW. “No es sorprendente que los niños expuestos a sustancias tóxicas en las plantaciones de tabaco enfermen”.
La mayoría de los entrevistados por la ONG, que elabora el informe a partir de entrevistas con 141 menores que trabajan en el sector tabacalero, son hijos de inmigrantes hispanos, algunos en situación irregular en el país. En común tienen la necesidad de contribuir a la economía familiar y el desamparo en el trabajo.
El derecho laboral estadounidense estipula que, en el sector de agricultura, los menores pueden trabajar más horas, a una edad más temprana y en condiciones más peligrosas que los menores en cualquier otra industria. Es posible contratar a niños de apenas 12 años por una cantidad ilimitada de horas fuera del horario escolar en haciendas de cualquier tamaño con permiso de los padres, y no hay edad mínima para que los niños trabajen en haciendas pequeñas.
Algunos de los testimonios recogidos por HRW aseguran que trabajaban extensas jornadas sin cobrar horas extras, a menudo en condiciones de calor extremo sin sombra ni descansos suficientes, y que no usan equipos de protección o que estos son inadecuados.
Ante esta situación Estados Unidos debería regular el trabajo infantil en el sector agrícola, mejorar las condiciones en las que trabajan los niños e ilegalizar si es necesario el trabajo de menores en plantaciones de tabaco. Por su parte compañías como Altria Group (controlante de Philip Morris USA), British American Tobacco, China National Tobacco, Imperial Tobacco Group, Japan Tobacco Group, Lorillard, Philip Morris International o Reynolds American, que adquieren tabaco cultivado en Estados Unidos, deberían tener una política de control ante la posibilidad de que haya trabajo infantil en sus cadenas de suministro.
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BLANCA BLAY
@BlancaBlay