Ya os decíamos hace poco que estamos en una etapa muy tabernera. La verdad es que cuando sales en pareja esto suma. Porque si intentas llevar a cabo una comida un poco más informal entre dos es complicado probar diferentes elaboraciones. O tomas tapas o, si son raciones, casi con dos has hecho la comida y te deja una frustración de no haber probado más que no se sacia fácilmente. Sobre todo, nosotros que somos de querer catarlo todo.
Así que, la reinvención de las tabernas nos ha dado mucha vida para poder estar enredando por aquí y por allá, probando cosas con unas buenas copitas de vino.
La Taberna Recreo de Espartinas se encuentra muy cerca del Parque del Retiro. Una zona donde últimamente se reúnen un montón de locales de oferta gastronómica bastante interesantes en Madrid, en pleno Barrio de Salamanca. Una ubicación perfecta para acabar una mañana de sábado (los domingos cierran), tras darse un paseo por el Retiro, en una taberna muy original.
Os recomendamos, si os planteáis ir, una llamada previa para reservar. Tiene unas poquitas mesas a lo que se suman unas tres mesas altas con banqueta, concretamente estas últimas nos encantan. En una de ellas es en la que disfrutamos nosotros de nuestro picoteo, tanto en nuestra primera visita, como en la segunda.
La primera vez no teníamos planificada esta sección del blog, así que contamos con alguna fotografía móvil de dudosa calidad, pero en la segunda ocasión nos resarcimos. Por tanto, aunque hablaremos de ambas experiencias, estarán fotografiadas principalmente nuestra última visita.
Nos gustó su oferta diferente. El producto tradicional con unos giros sorprendentes. Es una taberna contemporánea. Para empezar, en la corta carta, aparecen los platos más que con un título, con sus ingredientes principales separados por guiones. De la primera a la segunda vez, la carta había cambiado bastante, aunque algunos platos, ya clásicos del local, se pueden seguir encontrando. Así, van incorporando nuevas elaboraciones, vinculadas muchas veces con los productos de temporada.
En ambas ocasiones optamos por un vino blanco por copas, y con la bebida nos trajeron de aperitivo unos encurtidos de la casa.
Los platos ofrecidos tienen todos ellos un giro en su preparación. Están pensados para compartir y otros para pedir por unidades y disfrutarlos individualmente, pequeños bocados de sabor.
Una de sus preparaciones más popular es el brócoli. Y en la última ocasión no quisimos dejar de probarlo. Si, ya… ¿Brócoli? Pues sí, brócoli. La misma cara puse yo, que tomo el brócoli al vapor como guarnición en casa y lo hago con cara de pocos amigos. Aquí, con el par de bocados que vais a dar al brócoli, vais a descubrir otra dimensión de esta verdura. Brócoli con kimchi - lima - comino ahumado. Que lo lees y piensas que milagros tampoco van a hacer con los arbolitos verdes protagonistas de cualquier dieta aburrida. Los hacen… ¡Sorprendente y buenísimo! Y hasta aquí podemos leer… ¡Probad y opinad!
En la primera visita pedimos para empezar dos bollitos gamba blanca - ajo tostado - guindilla. Muy sabrosos y tiernos. Continuamos con unos mejillones tigres - curry amarillo - hinojo, muy bien preparados, suaves y con un sabor...
Luego pasamos al pulpo - patata - tomate - pimentón. Un pulpo con la base clásica y un sabor diferente. Nos pareció muy original. En la segunda visita, volvimos a tomar pulpo, pero esta vez, era verano, y nos ofrecieron una ensalada con él. En este caso nos gustó, pero no nos robó el corazoncito.
En la primera visita no pudimos dejar pasar el Tartar vaca - trufa negra - yema - pan carasau. Otro giro al tartar, muy aromático con la trufa, con una elaboración acertada y un resultado super cremoso. Seguimos siendo más fans de los tartares clásicos, pero éste nos gustó también un montón.
En la segunda visita, optamos por unos chipirones confitados - refrito - condimento limón, que no estaban en carta la vez anterior. Tiernos, jugosos, muy buenos…
Y también en la segunda visita probamos un arroz espectacular, arroz meloso - gamba roja - acelga china. Una ración contundente llena de sabor.
De postre fuimos de nuevo sorprendidos, tanto que, desde aquel día que fuimos, a nuestra casa hemos vuelto a incorporar las tortas de anís de toda la vida. Elegimos torta de aceite - miel - limón - romero. Sencillo, nada empalagoso ni pesado y super original. Nos encantó.
En la segunda visita quisimos repetir, pero la receta del postre había cambiado y, aunque la base era la misma, estaba elaborada con albaricoques. Muy rica también pero nos quedamos con la primera.
El importe de las comidas estuvo alrededor de los 60 - 70 euros ambos. No es un lugar económico, pero sí que es diferente y, personalmente, tiene algo especial que hace que nos gusté. Nos sentimos cómodos y las elaboraciones nos sorprenden.
La carta, a pesar de ser breve, varía. Nos pareció una cocina original y diferente. La atención fue buenísima, el local, pequeño, pero, al menos, el día de nuestras visitas fue agradable y poco ruidoso. Uno de esos sitios a los que te apetece volver y seguir probando sus nuevas creaciones.
¿Te animas a "tabernear" un poco por El Recreo de Espartinas?
¿Tienes planes hoy?
Ubicación en Google Maps
Revista Cultura y Ocio
Sus últimos artículos
-
Descubriendo la Comarca del Matarraña. Día 2: Ruta del Parrizal - Beceite - Valderrobres
-
Descubriendo la Comarca del Matarraña. Día 3: Valderrobres - Calaceite - Cretas - Monroyo - Peñarroya de Tastavins
-
Descubriendo la Comarca del Matarraña. Día 1: Alcañiz - La Fresneda - Ráfales
-
Restaurante El Campero: el rey del atún de almadraba