Se trata de una obra de Domenico Montini, documentada entre 1600 y 1654. Está hecho en bronce fundido, cincelado y dorado, plata fundida y cincelada y taracea de piedras duras.
De la información in situ del propio museo:
«Esta fastuosa obra se concibe como un templo renacentista ideal, coronado por una cúpula y linterna rematada con la figura de Cristo triunfante (NOTA mía: han puesto un tapiz detrás que hace que el Cristo se vea peor de lo que se debería ver. En posteriores entradas, pondré fotos concretas de esta imagen). Una inscripción sobre el escalón de la puerta central identifica a su autor, el sienés Domenico Montini, fundidor y platero activo en Roma y Nápoles. Montini debió adquirir una parte de los materiales pétreos en Florencia, cuyo Opicificio del Pietre Dure era lugar de referencia del arte de la taracea realizado con piedras semipreciosas. Otra parte debió proceder de talleres napolitanos. El duque de Osuna, virrey de Nápoles, a cuya iglesia dell’Annunziata estaba destinado el templete, lo envió a España en 1619, añadiendo el escudo real. Desde entonces, tuvo especial trascendencia, sobre todo en el reinado de Felipe IV, quedando descrito en el inventario del Oficio de Guardajoyas ya en 1622».
This is a work by Domenico Montini, dated between 1600 and 1654. It is made of cast, chased and gilded bronze, cast and chased silver and inlaid with hard stones.
From the museum’s own on-site information:
«This lavish work is conceived as an ideal Renaissance temple, crowned by a dome and lantern topped with the figure of Christ triumphant on top (NOTE from me: they have put a tapestry behind it that makes it difficult to see Christ. In later posts, I will put specific photos of this image). An inscription on the step of the central door identifies its author, the Sienese Domenico Montini, a Sienes metalworker and silversmith active in Rome and Naples. Montini must have acquired part of the stone materials in Florence, whose Opicificio del Pietre Dure was a reference point for the art of inlaying semi-precious stones to form mosaics. Another part must have come from Neapolitan workshops. The Duke of Osuna, viceroy of Naples, for whose church dell’Annunziata the temple was destined, sent it to Spain in 1619, adding the royal coat of arms. Since then, it had special significance, especially during the reign of Philip IV, being described in the inventory of the Royal Jewel House as early as 1622.
Una pieza desconocida pero espectacular. / An unknown but spectacular piece.