"La vida es lo que sucede mientras estás ocupado haciendo otros planes" - Groucho Marx, el doer
"Prefiero leer un libro que vivir... la vida no tiene argumento" - Groucho Marx, el anti-doer
A veces tienen razón los anti estrategos, los hijos de la improvisación: la genialidad no se planifica.
A veces los muy cabrones aciertan de milagro, haciendo lo impensable, practicando sin sentidos, no por investigación, creatividad o innovación. Para nada. Aciertan sin causa alguna, sin razones, sin conclusiones. Aciertan y ya. El acierto es un sin porqué, como la maldita rosa de Borges.
A veces, horas y horas de planificación, de apuestas comedidas, de estrategias negociadas, se barren en segundos con el huracán de una sola acción, loca, a veces inconclusa pero que da resultado.
A veces, te gastas cientos de billetes en una pensada campaña publicitaria para darte a conocer sin resultado y solo tras una apuesta de ultimo momento -un vídeo, una acción colateral, solo táctica- logras el éxito y luego todos conocen tu nombre ([inglés] Como Dropbox pasó de 5.000 a 75.000 en lista de espera inscripciones en una noche).
Es cierto que los Doers -los Hacedores de cosas- están de moda. Al menos en las etiquetas. Los Planners y los estrategas, parecen pertenecer a el pasado. Los estrategas solo preparan los éxitos, los doers son los que los llevan a cabo, aunque pensandolo bien, las historias de éxito no se repiten. Las historias de fracaso, sí.
A veces -y supongo que esto es lo que mueve a la gente a comprar el boleto- te toca la lotería. Solo a veces. Pocas veces. Casi nunca.
Para el resto de las oportunidades, es mas seguro apostar a la planificación. Por aquello de que la fortuna te pille trabajando.