Nuevamente vuelvo a un país en el que hay una cantidad notable de realizaciones cinematográficas. En Tailandia parece que el cine de terror, acción y fantástico es el que acapara la mayor parte de la producción, aunque también hay lugar para dramas, comedias o romances… Algunos de los directores actuales de este país más destacables son: Apichatpong Weerasethakul, Pen-Ek Ratanaruang, los hermanos Pang (Oxide Pang Chun y Danny Pang; aunque el desarrollo posterior de su carrera ha sido sobre todo en Hong Kong) o el propio director de la película de hoy, Chukiat Sakveerakul. El título original del filme es ‘Raek haeng Siam’, cuya traducción al inglés es la que podemos encontrar más fácilmente en el mundo occidental en el que me muevo: ‘The love of Siam’.
Hay dos temas principales en esta historia: por una parte, la aceptación de la pérdida de un ser querido, y por otra, el amor entre personas del mismo sexo en un entorno complicado. Ambos temas podrían encontrarse en la biografía de millones de personas de todos los lugares del planeta. Y es que, cuantos más países “recorro” cinematográficamente, más me consta que los valores y las preocupaciones humanas son universales.
Técnicamente está bien lograda; hay un buen uso de la cámara y la fotografía tiene un nivel mucho más que aceptable, dotando estos aspectos de gran profesionalidad a la película.
En cuanto a la música, en este filme hay que diferenciar dos tonos, el dramático y el cómico. El primero de ellos con buen criterio, el más humorístico creo que no está controlado, es demasiado exagerado para lo que transmite la cinta.
La historia comienza presentando a los personajes que conducirán todo el filme, dos chicos que se apoyan en su infancia, en la que tienen que enfrentarse a los demás niños del colegio, que notan que no son como ellos. La hermana de uno de ellos se va un día con las amigas y nunca más vuelve a aparecer. La familia no llega a superar nunca esta pérdida y, al cabo de los años, los dos niños (ahora ya adolescentes) vuelven a encontrarse y a revivir buenos momentos. No quiero desvelar mucho más de la trama, solo diré que la historia de la desaparición de la hermana del chico no termina ahí.
El equipo artístico está comedido, muy bien cada uno en su papel, incluyendo a los más jóvenes (que suelen ser más difíciles de dirigir). Y, aunque no destaca el trabajo de ninguno en particular, son los dos adolescentes protagonistas los que soportan el mayor peso de la historia, tanto Witwisit Hiranyawongkul como Mario Maurer. Eso sí, no termino de creerme el éxito del grupo de música adolescente (aunque esto es igual una cuestión cultural).
Estoy convencido de que esta película tiene un amplio público, ya que está realizada con un enfoque comercial: una historia dura contada muy suavemente, estando a caballo entre la comedia y el drama romántico.
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