¿Tienen derecho los manifestantes a reclamar a Talegón responsabilidades por lo que ha hecho el PSOE desde el advenimiento de la “democracia”? ¿Tienen derecho los manifestante a echar de la protesta a quienes señalan como responsables del problema, entre ellos un ex Ministro? ¿Tiene límites el perdón al PSOE por su comportamiento? ¿Para construir nuevas mayorías hace falta el votante del PSOE o un nuevo votante que sepa exactamente qué ha hecho el PSOE?
Dice un verso castellano, “El señor de Fuensalobre/con caridad sin igual/mandó hacer este hospital/más primero hizo a los pobres”. Recordamos la noche de la victoria de Zapatero en 2004, y no podemos dejar de oir en la calle Ferraz a votantes que se habían tapado la nariz para darle su apoyo gritándole: ¡No nos falles! ZP dijo que sabía que había recibido 500.000 votos prestados de la izquierda. Pero luego prefirió hacerle más caso a las cartas secretas que le mandaba Mario Draghi.
¿Dónde está la extrañeza que se haya roto con la complicidad del juego bipartidista: “cuando estoy en el gobierno soy muy parecido al PP, cuando estoy en la oposición, soy muy parecido a los movimientos”. Hay cada vez más gente que entiende que ese bucle mentiroso impide que la democracia española no solo avance, sino que no se deteriore. En algún momento, ese pueblo parado, desahuciado, mentido, insultado y golpeado tenía que dejar de creer en la buena voluntad del PSOE. La crisis ha hecho que los tiempos se acorten y la memoria se agudice: ¿o es que no fue el PSOE el que aprobó junto con el PP la reforma del artículo 135 de la Constitución?
Desde que renunció a su acervo cultural socialista (desde Marx como punto de partida, llegando a Harvey, Negri, Postone, Heinrich, Santos, sin olvidar a Gramsci, Benjamin, Marcusse, Offe y tantos otros) la indigencia intelectual del PSOE es tal que al final el referente de uno de los dos partidos de gobierno de este país es una joven que afea la conducta externa de los socialista -hoteles de 5 estrellas, propios, por otro lado, de la Internacional Socialista (¿o no recordamos que Strauss Kahn, de la Internacional Socialista, agredió a una camarera en un hotel de 2000 dólares la noche?)- y recuerda la necesidad de acercarse a ese pueblo que está sufriendo la crisis y que es, al final, el que vota.
Que Talegón fuera a la manifestación de afectados por las hipotecas con un ex Ministro del PSOE, por tanto, responsable máximo de lo que nos está pasando, demuestra caradura o adanismo. López Aguilar debió de pensar que dejarse ver en una manifestación con la persona que ha copado parte de la vacía actualidad mediática -”más importante que lo del Papa”, dice Talegón, aunque para entender la renuncia del Papa hace falta un poquito de esfuerzo y para quejarse de hoteles caros no-, le beneficiaría. Porque de lo contario, vas sólo o con tu familia o con tus amigos. Vaya, que fueron a la manifestación a hacer política de partido.
Pero la parte adanista no es menor en una persona que acepta ser política profesional -ya tan joven-. Adanista porque dice que con ella empieza el PSOE. Bonita forma de seguir con la tentación de la inocencia. Adanista o mentirosa. Si te afilias a un partido es porque compartes su manera de hacer las cosas. Si has reprochado a otras personas haberse salido del PSOE, utilizando adjetivos fuertes, formas parte de una lógica. De la misma manera, cada vez que te has callado cuando tu partido tomaba una decisión que perjudicaba a este país. Cobras por tu militancia (no te contratan por tus capacidades, por muchas que sean: la gente de tu edad se está yendo de España. Te contratan políticamente porque perteneces a una familia política). Por tanto, si miltas en el PSOE (como los que militan en otros lados), se entiende que algo de lo que significa el PSOE compartes. ¿Felipe González? ¿Almunia? ¿Bono en tu Toledo? ¿Zapatero? ¿Rubalcaba? A no ser que quieras ser como esa gente que quiere y tiene las ventajas de una marca pero solo se reclama de lo que le beneficia.
El bipartidismo en España se está rompiendo. Un bipartidismo que ya no tiene credibilidad cuando Rajoy dice: “He incumplido mis promesas, pero al menos creo que he cumplido con mi deber“.Un bipartidismo que no tiene credibilidad porque ZP terminó fallando y Rubalcaba terminó apoyando la reforma del 135. Si la democracia española quiere salir de la crisis del régimen de la transición, hace falta que los votantes del PSOE (incluso que parte de los votantes del PP) entiendan que son víctimas de una trampa electoral que se gestó en 1976, cuando la Ley para la Reforma Política. Talegón es una pieza renovada de esa mentira. Basta imaginar que mañana el PSOE ganara las elecciones. El PSOE que quiere quitar la O de obrero de sus siglas. ¿De verdad cree alguien que Talegón se opondría al BCE, al FMI, a la Comisión? ¿Alguien cree que el PSOE cuestionaría a Almunia y la privatización en nombre de la competencia de los servicios públicos? ¿Alguien cree que cuestionaría a la monarquía? Por fortuna, la ciudadanía está despertando. Y por eso Talegón se cree con derecho a cuestionar a Ada Colau. Ella como “víctima”. Colau como la jefa de los que la han atacado. Al dia siguiente de la marea contra la gestión criminal de las hipotecas. Qué visión política la de la joven política del PSOE. ¿De verdad alguien quiere seguir engañándose?