Si te escapas para esconder tu miedo, tu talento o tu diferenciación, en el fondo estás escapando de ti misma y de tu realización como persona natural y sana.
Quedarse implica hacer frente a tu realidad y eso, cuesta mucho. Quedarse puede implicar hasta rechazo.
Hacer frente a tu realidad, es hacer frente a tu miedo y eso es agotador y muy cansino.
Aunque si decides luchar y defender lo que te caracteriza, solo entonces descubrirás una fuerza inusual en ti…
Descubrirás nuevas alternativas para aplicar lo que te hace diferente, te esforzarás por comunicar, transmitir y alentar a otros como tú.
Si haces frente a tus miedos, descubrirás nuevas y fantásticas soluciones que jamás hubieses imaginado.
Tu fortaleza es tu aceptación. Y si tú te aceptas, te acepta el mundo.
(Reflexión al ver la película Happy Feet con mis niños