Revista Cultura y Ocio

Talitha MacKenzie - Sòlas (1993)

Publicado el 23 marzo 2025 por Syntheticman @vozdelosvientos
Talitha MacKenzie - Sòlas (1993)

A veces, trayectorias con muchos puntos en común terminan dando resultados absolutamente diferentes aunque igualmente notables. Cuando repasamos la biografía de Talitha MacKenzie, siempre nos viene a la mente la de Loreena McKennitt. Ambas artistas son norteamericanas (una estadounidense y la otra de Canadá) y con ascendencia escocesa, como delatam sus apellidos. Las dos se interesaron en la cultura celta aunque inicialmente parecieran decantarse por otros aspectos distintos al puramente musical. Así, Loreena colaboraba con una compañía de teatro y Talitha era bailarina pero ambas acabaron encontrando en la extensa tradición de música celta aquello a lo que querían dedicarse. Las dos, además, comparten un gran interés por la música antígua y la etnomusicología lo que llevó a ambas a investigar la historia y la extensión de las diferentes culturas celtas por todo el mundo. Sin embargo, si atendemos al resultado musical en las respectivas carreras de ambas, este es llamativamente diferente.

De Loreena McKennitt hemos hablado ya en muchas ocasiones por lo que toca centrarnos en Talitha cuya formación musical inicial fue clásica, aprendiendo pronto a tocar el piano y desarrollando a la vez una extraordinaria habilidad para aprender diferente idiomas (además de su inglés natal, habla francés, ruso, español y gaélico escocés). Una combinación entre diferentes trabajos en su etapa post-conservatorio ayudó a definir su trayectoria posterior y el tipo de música en el que se iba a centrar. Por un lado, trabajó en una tienda de discos especializada en “World Music”, donde tuvo acceso a músicas tradicionales de todo tipo y donde también contactó con diferentes compañías de danza en las que terminaría participando. Además, trabajó en un Museo Marítimo y empezó a interesarse en los “shanties”, canciones marineras que se adaptaban a los ritmos de trabajo repetitivos tan comunes en los barcos (de hecho, este tipo de temas serían los que integrasen su primer disco en solitario).

A mediados de los ochenta, decidió trasladarse a Edimburgo donde formó parte de diferentes bandas locales como Drumalban, donde coincidiría con otros artistas muy conocidos como Martyn Bennett pero donde alcanzaría mayor fama fue como parte del dúo Mouth Music junto al productor Martin Swan. El propio nombre del grupo ya daba una idea del tipo de repertorio que iban a interpretar ya que no es sino la versión inglesa del término gaélico “puirt a beul” que se refiere a una tradición oral de conservación de melodías y temas tradicionales en las que incluso las partes originalmente instrumentales se interpretaban con la voz. Esto parece tener su origen en la prohibición de la gaita en Escocia de mediados del S.XVIII por ser considerada un instrumento de guerra. Esto obligó a los cantantes a desarrollar una muy particular forma de interpretar que alcanza grados de complejidad notables en muchos casos y creó todo un nuevo género. Todo ello en manos del dúo recibiría un enfoque moderno que incluía el uso de ritmos contemporáneos y de instrumentos alejados de la tradición como sintetizadores, samples y demás aparataje electrónico.

Talitha dejó Mouth Music en 1991 y el grupo siguió con Swan acompañado de diferentes vocalistas y no siempre centrado en la tradición celta. Por su parte, MacKenzie retomó su carrera en solitario conservando, en sus propias palabras, “el espíritu original de la banda”. Así llegamos al disco del que queremos hablar hoy: “Sòlas”, publicado en 1993. Apareció en el sello Riverboat Records dentro de la serie “Women of the World” como representante de la música escocesa (como curiosidad, España aparece representada por Carmen Linares en la misma serie). Todas las canciones están interpretadas en gaélico y proceden de diferentes archivos etnomusicologicos salvo una de ellas, escrita por la propia Talitha. La artista, además de cantar, toca piano y sintetizadores y está acompañada de una extensa lista de vocalistas adicionales además de del teclista y productor Chris Birkett (conocido por trabajar con Sinead O'Connor o Thomas Dolby), el flautista Gary Spacey-Foote, el gaitero Gary West, el violinista Gavin Marwick o el batería Jim Walker. Entre las vocalistas se encontraban las integrantes de Sedenka, un grupo de cantantes “a capela” que Talitha había formado en los meses anteriores.

“Hoireann O” - Comienza el disco con una “waulking song”, tipo de canción que solían entonar las mujeres mientras lavaban la ropa en los lavaderos comunitarios. Habitualmente una entonaba el tema principal y el resto lo repetían a coro para mantener un ritmo de trabajo constante. En la versión de Talitha, la canción empieza con una flauta que enseguida da paso a la batería, la guitarra y las voces convirtiendo el tema en una perfecta canción pop en la que ya nos damos cuenta de las excelentes capacidades vocales de la artista.

“Sheatadh Cailleach” - Primer ejemplo de “mouth music” actualizada con el uso de ritmos modernos, toques funk y jazz y demás aditamentos que acompañan a la voz de Talitha que nos deleita con las variaciones y requiebros de una género tan particular. Es algo que las primeras veces que lo escuchas suena muy chocante pero que, una vez que te habitúas, resulta una expresión vocal fascinante. En nuestro caso, la primera cantante a la que se lo escuchamos fue a la extraordinaria Karen Matheson pero, en este registro concreto, Talitha MacKenzie juega en su misma división.

“'S Muladach mi 's mi air m'aineoil” - Bajamos las revoluciones con esta extraordinaria “waulking song” en la que se combinan las voces de diferentes cantantes con ritmos indios y tratamientos electrónicos para ofrecernos una de las mejores piezas del disco sin lugar a dudas. Una verdadera joya para escuchar una y otra vez.


“E hó hi” - Seguimos con el mismo género de canción, esta vez en una versión más purista sin acompañamientos instrumentales de modo que es más fácil asociar el tema con su contexto original.

“Seinn O” - Quizá la canción más conocida del disco (al menos, la que más solía programarse en la radio aquí en España). Es otro ejemplo de “mouth music” pero convenientemente rodeado de ritmos dance, samples vocales y efectos electrónicos para convertirla en un potencial éxito discotequero. Suponemos que no fue el caso pero aún así es una perfecta traslación de un tema original a un contexto actual aunque imagino que a más de uno le dieron ganas en su día de mandar a Talitha de vuelta a su América natal con billete solo de ida.


“Uamh an Oir” - Para compensar los excesos anteriores, tenemos aquí otro ejemplo de “mouth music”, esta vez a capela para deleitarnos con la interpretación desnuda de Talitha que es una auténtica maravilla. En la parte final suena de fondo la gaita y aparecen voces de refuerzo en diferentes capas para completar un tema extraordinario.

“Owen's Boat” - El único tema propio de Talitha es esta composición propia descaradamente pop que podría haber triunfado en el ambiente propicio de su momento con grupos como The Corrs y otros similares pero que no nos llama especialmente la atención.

“Chi mi na Mórbheanna / JFK” - No ocurre lo mismo con esta conocidísima canción grabada en decenas de ocasiones por artistas de lo más diverso que van desde Mark Knopfler hasta John Renbourn pasando por nuestros queridos Nightnoise. El tema sonó en los funerales de John Fitzegrald Kennedy ya que, al parecer, era una de las canciones favoritas del malogrado presidente americano. Por ello, en la versión de Talitha se intercalan fragmentos de discursos de JFK. Sea como fuera, es una gran versión y uno de nuestros cortes favoritos del disco.

“Rol hol ill leó” - Pese a que en sus inicios, los “shanties” fueron canciones a las que Talitha le dedicó mucho tiempo, este es el único tema de ese género incluido en el trabajo. Es una pieza breve interpretada al modo tradicional, sin aditamentos de ningún tipo por lo que suena verdaderamente auténtica.

“Bann de Ribinnean / Dannsa nan Tunnagan” - Regresa aquí la artista a los ritmos y producciones bailables, llenos de arreglos electrónico para otro ejemplo de “mouth music en el que se combinan dos canciones diferentes. Quizá sea el tema en el que este tipo de tratamiento tiene un resultado menos interesante e incluso, por momentos, no parece encajar bien. Lo mejor, sin duda, la coda final a capela.

“Théid mi Dhachaigh” - Cerrando el trabajo tenemos otra de las joyas del mismo. Una canción de cuna preciosa en la que las habilidades vocales de la cantante brillan como en ningún otro momento. El acompañamiento es delicadísimo, con suaves notas de lo que parece un salterio o una cítara que solo refuerza la extraordinaria interpretación de la cantante.


A pesar de que “Sòlas” llegó bastante lejos para lo que era la difusión habitual de un sello del tamaño de Riverboat Records, la carrera de Talitha MacKenzie no ha sido demasiado prolífica desde entonces. Publicó un tercer disco en solitario con una discográfica con mayor distribución en el ámbito de la música celta como era Shanachie (responables en su día de la publicación en los Estados Unidos de la música de artistas como Clannad, Planxty, Silly Wizard o The Chieftains) pero después de eso, apenas ha publicado un trabajo más aparte de varios singles solo como descarga digital. Al margen de esos trabajos, participó con una canción en la banda sonora de la superproducción hollywoodiense “Troya” en 2004 pero fue algo puntual que no tuvo continuidad. En todo caso, este “Sòlas” es un gran disco que todo aficionado a la música tradicional debería escuchar. El único “pero” viene por determinados arreglos que rechinarán mucho a los más puristas y que tampoco han envejecido especialmente bien aunque en nuestro caso, tampoco acaba de suponernos un problema.


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