
No es nada nuevo el encontrarnos con personas (ya sea online o en la vida real) que salen a defender al género masculino a la primera que a una mujer se le ocurre decir que le dan miedo los hombres, que no confía en ellos, que todos son unos cerdos, blah blah blah. Nunca falta ese ser humano que alza su voz y dice "¡No todos los hombres!" o "¡No sólo los hombres!" el que dice esto es generalmente, también un hombre y aquí es cuando tengo que decir que estoy de acuerdo con ese ser humano, pero antes de que se me tiren encima, déjenme explicarles por qué, y más importante, déjenme explicarles porque eso no significa que piense que el movimiento feminista no es extremadamente importante.Esta última semana, una nueva campaña llamada #metoo (o #yotambién en español) ha estado rondando por las redes sociales, en la que la idea es que todas las mujeres que hemos sufrido acoso o agresiones sexuales por partes de los hombres compartamos nuestras historias o simplemente el hashtag en las redes sociales para hacer cuenta de la magnitud del problema, para hacer notar que la violencia sexual no son casos aislados de unas pocas mujeres. Debido a esta misma situación, he leído varios testimonios de conocidas, y he compartido el mío, cómo desde los 13 años hombres me han agarrado los senos y el trasero en el transporte publico, cómo me besaron en la calle mientras me susurraban asquerosidades al oído cuando aún no había cumplido los 14, cómo estoy acostumbrada a que me griten cosas en la calle, cómo un doctor abusó sexualmente en repetidas ocasiones cuando yo solo tenía 12 años. Y no es porque sea especialmente bonita, no es porque llame la atención, es porque pasa y punto.

