Revista Viajes
Muchos somos a los que nos encanta el chocolate… su aroma y su sabor nos fascina; pero también hay quienes lo aman y ese es el caso de Pablo, que imparte el Taller de Chocolate en el parque Xcaret, en Playa del Carmen (Quintana Roo).
Pablo es muy joven y todo lo que sabe del cacao fueron enseñanzas de sus bisabuelas, de una aprendió a procesarlo y de la otra, a usarlo con fines terapéuticos. El es de origen indígena y habla 8 lenguas. Charlar con él es un tanto inverosímil, porque habla con la sabiduría y tranquilidad de un octogenario, pero es apenas un muchacho de veintitantos años. Será que el cacao ha logrado que aperente juventud y en realidad tiene más de 80 años? Habrá que investigar.
En un espacio precioso que simula una choza entre la selva es dónde se lleva a cabo el Taller del Chocolate al que pueden asistir niños y adultos, de hecho no sé a quienes les atrae más, porque los adultos estábamos encantados con la historia y los consejos, mientras que los niños disfrutaban de participar en la transformación de unos granos a su tablilla de chocolate.
Así las cosas, con mi hija fui hasta ese lugar en Xcaret y Pablo nos dio la bienvenida; luego nos platicó del cacao como quien habla de un entrañable amigo al que se le quiere y cuida. Mientras tanto, entre sus manos acariciaba unos granos de cacao y nos mostró como se hacía para pelarlos tan sólo usando dos dedos.
Entonces pusimos manos a la obra y Pablo nos mostró el tostado del cacao, después cada quien peló entre 10 y 15 granos para crear su propia tablilla de chocolate. En metate y de rodillas, comenzamos a moler siguiendo las instrucciones y pronto el aroma fue saliendo ante la sorpresa de los niños.
Una vez que la pasta estuvo en su punto, agregamos pimienta, canela y azúcar; molimos un poco más y cada quién con sus propias manos fue moldeando su tablilla. Y sí, ese sin duda es un gran descubrimiento para un niño, ver la transformación de unos granos a pasta y luego a chocolate. No cabe duda que jamás un chocolate preparado de forma artesanal podrá ser superado por uno comercial.
Por último, conocimos las plantas del cacao, del café, la pimienta y la canela, para antes de despedirnos tener una rica degustación de chocolate. Preciosas barras creadas por Pablo y con un sabor impresionante.
Esta actividad dura aproximadamente 40 minutos y creo que vale mucho la pena realizarla por la tarde una vez que has concluido con las actividades de mayor esfuerzo físico.
Ve con tus niños y aprendan juntos sobre el cacao, un regalo de México para el mundo.