En estas fechas llenas de celebraciones como la del Día Mundial de la Prematuridad, el Día de los Derechos del Niño, o el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, me gustaría hablaros de una forma muy especial de pasar estos días junto a nuestros pequeños. Porque muy especial fue pasar, aunque fuera un ratito, con la asociación APREMEX el pasado sábado 15 de noviembre, para celebrar con antelación el Día Munidal del Prematuro.
Tal como rezaba el programa que ya os ofrecimos el mes pasado sobre este día con APREMEX, a primera hora se abrió la jornada con una ponencia sobre la Prematuridad y lo que supone para bebés, papás y profesionales, centrándose en el área de neonatología del Hospital San Pedro de Alcántara de Cáceres. Se cerró la charla, otorgándose el primer premio APREMEX a una de las neonatologas que nos acompañó en nuestra experiencia en el hospital en aquellos días en que nuestro hijo Emilio permaneció ingresado, la Doctora Mª Jesús García García.
Al acabar este acto fue el momento en que mi pequeña familia llegó a la Casa de la Mujer, lugar de reunión de APREMEX, dispuestos a participar en el taller que se anunciaba en el programa de actividades. Allí pudimos charlar con Gema Ramos, presidenta de la asociación, que nos recibió con una sonrisa radiante y su pequeña Cayetana en brazos. Nos encontramos a muchas parejas con sus hijos e hijas, la mayoría no paraba de corretear por la sala, incluso por duplicado. Era la hora de comenzar el taller, pero había que sentar y controlar a todos los prematuros que no querían parar de jugar. Por fin, lo coseguimos, o se hizo lo que se pudo.
El taller corría a cargo de la empresa Intelecto Animado. Así, comenzó con una breve presentación de en qué consistía su trabajo, ilustrada con las imágenes de pacientes de otros países en que se desarrollan las terapias con las que trabaja Intelecto Animado. Terapias con las que, según nos explicaron, se conseguía que funcionaran otras terapias que por sí solas, podían tardar más en obtener resultados con los problemas específicos de cada paciente, es decir, son terapias de refuerzo, pero por lo que vimos, terapias imprescindibles en muchos casos, terapias que dan esperanzas, energía y fuerza para que se consigan las mejoras deseadas. También nos mostraron imágenes de sus propias instalaciones y ejemplos de casos de sus propios pacientes, y de la especialidad en prematuros. Casos incluso en los que había profesionales de la medicina que no hubieran predecido resultados tan increíbles y rápidos como los conseguidos, en cuanto a movilidad en niños de avanzada edad que ni siquiera gateaban, comunicación y cercanía en niños con autismo, y un emocionante etc.
Intelecto Animado quería que probáramos algunas de las sensaciones que sus pacientes experimentan en sus salas, aquí comenzaba el taller en sí. De este modo, nos sentamos todos en el suelo, en un enorme corro, con nuestros pequeños entre las piernas, espectantes. Nos proporcionaron unas vendas para los ojos, una cartulina y un plato en el que, según iban diciendo, nos colocarían la pintura con la que dibujar. Pero los que ibamos a experimentar la sensación de pintar con los ojos tapados eramos los padres. Fueron los 3 minutos más divertidos que pasaba en mucho tiempo, y digo mucho porque sentí que volvía al cole de nuevo, a embadurnarme las manos y la ropa de pintura, a no pensar nada más que en sentirla entre las manos, en el papel, en las manos de mi hijo… Fueron 3 minutos, pero privada del sentido de la vista me parecieron por lo menos 15 o 20. Mi marido nos iba fotografiando y grabando en video. Según él, Emilio empezó primero a observar cómo mi dedo iba del plato al papel y comenzaba a trazar líneas de color granate, después comenzó a deslizar su propio dedo por la cartulina, tras ello probó en el plato y descubrió de dónde venía todo aquello: aplastó su mano contra el charco de pintura y comenzó a plasmar su obra junto a mamá en la cartulina, el pantalón, el jersey, las botas de mamá… ¡Qué gozo! A todo eso se añadió la experiencia de la aromaterapia, cosa de la que disfrutamos los padres recordando sobre todo olores frutales que a veces nos costaba hasta reconocer.
Fue una pena no poder seguir celebrando el Día de la Prematuridad con APREMEX, pero al menos pudimos asistir a este taller de Estimulación de los Sentidos que tan buenas sensaciones nos proporcionó. Mil gracias tanto a Intelecto Animado como a la asociación de APREMEX y a todos con los que alli compartimos esta tan grata experiencia que repetiríamos “con los ojos cerrados”.
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