En el primer encuentro de marzo del Taller de Lectura a Distancia de #LaAquateca leímos el cuento "Frente al glaciar" de la escritora argentina Anahí Flores. Un cuento escrito lejos del nivel del mar, según dice la propia autora. Tal vez sea producto de la falta de oxígeno tal vez no. El hecho es que el relato está rodeado de un aire enigmático y el lector lo acompaña de una manera muy natural. Comparto, como en ocasiones anteriores, algunas de las impresiones de quienes acompañaron la lectura:
«Me gusta el ambiente brumoso de neblina y fantasmal que se siente en la piel al leerlo. Así como Roberta no busca indagar mas en si existe el hotel o no, me quedo como ella, pensando en que quizás a veces no todo es lo que parece y lo real se vuelve imaginario y viceversa. ¡Gracias por el envío!»
Loli Ros
«Había leído en tu blog este relato de Anahí. Encuentro una escritura bien descriptiva, la secuencia de acciones de los personajes -reales o imaginarios-ordenada, pautada. No veo un propósito de llevar al lector a un lugar demasiado incómodo, no olvidemos que junto a Roberta hay que seguir el sendero y llegar al objetivo. ¿Lo que acontece es efecto de la naturaleza?, ¿de las repercusiones en el cuerpo de la altura? No sé, no me importa, sigo caminando, atravieso la nube, acepto las apariciones, nada me detiene, es parte del plan.»
María del Carmen Allegrone
«Me recordó —con distinta suavidad— el clima de Otra vuelta de tuerca, aunque aquí nadie mencione ninguna muerte y Roberta decida caminar hasta el glaciar, salteándose el miedo del hotel desaparecido.
Me gustan las pistas crecientes —como las piedras, las voces y el perrito que moja el glaciar, sin derretir ni un cubito de hielo— pistas que Roberta decide desoir. Las tres mujeres son como presencias opacas, tenues desplazándose de derecha a izquierda para sentarse en la roca de manera imperceptible y fuera del espacio-tiempo. Y vemos la ligera inquietud de Roberta, mientras uno se pregunta si pese a las trenzas son almas o seres de otro mundo (que hablan de cobijas, con lo cual es poco probable que vengan de Marte).
Muy bueno el increscendo del misterio y el final abierto, abiertísimo sin mujeres, ni perrito ni hotel, sólo el valor de Roberta de seguir adelante hasta el glaciar, por más almas que el camino le siembre.»
María Marta Poccard
«El cuento, ubicado en la inmensidad del paisaje patagónico, coloca a la protagonista —Roberta— en diálogo con otros personajes mágicos, irreales, invisibles, salidos de algún cuento fantástico. La protagonista conversa con ellos sin temor aunque se describen detalles que los presenta como sobrenaturales. Un texto que vincula la soledad de las montañas con la aparición de tres mujeres y un perro, que convierte la majestuosidad del glaciar en un espacio de humo e imaginación.»
Susana Novick
«Me gusta como la autora ha dejado un reguero de pistas para que no se pierda el misterio: las tres mujeres que se desplazan como sin ser vistas ni oídas. Tememos por lo que le va a pasar a Roberta ahí sentada en hilera con esas tres mujeres. También me pareció acertado el humor sutil: las tres mujeres se quejan de problemas tan cotidianos y lo expresan de una manera coloquial.»
Fernanda
«¡Lindo cuento! La sensación de ingenuidad que lo envuelve lo hace más misterioso todavía, al tiempo que anima a seguir, a pesar de la bruma y todo lo demás... La forma en que se mueven esos personajes enigmáticos por el relato es muy natural, de pronto están en un lugar y al momento aparecen en otro, no es forzado, me gustó muchísimo. Eso sí… ¡yo que Roberta salgo corriendo!»
Mirtha Care
¡Muchas gracias a todos los participantes que se sumaron a compartir sus comentarios! El próximo encuentro será para leer un cuento de la escritora Mariana Travacio.
Recuerda que el Taller es exclusivo, libre y gratuito para los integrantes de la comunidad de #LaAquateca. Si quieres sumarte solo tienes que registrarte haciendo clic acá o escribirme a [email protected] para incorporarte a la lista y garantizar no perderte las próximas convocatorias.
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