16/03/2011 7:33:56
A unos puede parecer inflexible de acuerdo al contexto. Lo cierto es que en Cuba ya entra en vigor un nuevo Código de Seguridad Vial, cuyos objetivos se adecuan al el perfeccionamiento general y consecuente en la prevención y la educación ciudadana.
Demoró un poco. Pero la Ley 109 al fin ha sido aprobada por la Asamblea Nacional del Poder Popular, el 1 de agosto de 2010.
Discutida ampliamente en audiencias públicas y otras reuniones,—desde el nivel municipal hasta el nacional—, la norma se inscribe en una concepción diferente de la seguridad en las vías con el propósito de brindar mayor protección a conductores y peatones.
El actual Código resulta muy completo y está acorde a las disposiciones internacionales en la especialidad.
Solamente un ítem: con la nueva legislación quedará prohibido para choferes profesionales, noveles (hasta dos años después de obtener la licencia de manejar) y en fase de aprendizaje, conducir bajo los efectos de bebidas alcohólicas, drogas y/o sustancias con efectos similares.
Junto al conductor no podrá ir una persona que haya ingerido alcohol u otro elemento inhibidor, que ponga en riesgo la capacidad de guiar acertadamente el timón.
Los reincidentes en manejar sin licencia se exponen a retirada de la circulación temporal y al decomiso del vehículo.
El período de cancelación de del documento referido varía de tres a cinco años a un lapso de uno hasta 12 meses, a partir de análisis casuísticos.
La Ley 109 aprueba parquear a ambos lados de una calle con un solo sentido de circulación, si es secundaria, de poco tránsito, residencial y con el ancho suficiente. Y resulta punible el estacionamiento en acera, paseo o césped.
Las competencias de velocidad conllevan desde sus inicios a la cancelación de la licencia de conducción del transgresor (si es el titular), y al embargo del vehículo.
En el nuevo Código se incluyen las multas de advertencias o notificaciones preventivas.
La práctica y experiencias internacionales han sido estudiadas e incorporadas a las realidades nacionales.
En cuestión de tránsito, Cuba también marcha hacia modelos más reales y consecuentes.