Revista Opinión

También hay groseros y maleducados de la tercera edad

Publicado el 08 julio 2013 por Dolega @blogdedolega

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Hoy me voy a meter en un jardín que hace mucho que no lo hago y es a consecuencia de un incidente esta mañana en el supermercado.

Un señor mayor en la caja, una cajera muy jovencita y mientras está pasando la compra, pasa sin querer dos veces un paquete de café. Inmediatamente se da cuenta y resta de la compra el paquete cobrado de más.

El hombrecillo que ve que la chica está haciendo algo en la caja, le dice de muy mala manera que qué está haciendo y ella de forma muy educada, le explica que le ha cobrado un producto de más y que está rectificando la cuenta. A partir de ese momento el señor, por llamarlo de algún modo, se convierte en una especie de gnomo mutante y empieza a increparla  diciéndole todo tipo de improperios, aludiendo a su condición de persona joven e insinuando que quería cobrarle de más de forma intencionada.

La cajera, con suma delicadeza, le explica lo que ha ocurrido y le muestra la cinta donde consta que ha rectificado el error. El viejo pasa de explicaciones y se va murmurando palabrotas e insultos…

Dos cosas al respecto.

Siempre he defendido la obligación que tienen las personas que trabajan de cara al público, de dar un trato educado y amable a los clientes. Es parte de su trabajo y como tal deben ejercerlo, de la misma forma que los que estamos de “este lado del mostrador” tenemos la obligación de ser educados y correctos en el trato con los demás y pertenecer a la tercera edad no debe de ser una disculpa para ejercer de groseros profesionales ni maleducados amateurs.

El peinar canas solo indica dos cosas: Que hemos vivido mucho y que no nos teñimos el pelo, pero no da una patente de Corso para agredir verbalmente a nadie. Si nuestra vida es una mierda y no nos llega la pensión, la cajera del supermercado no es responsable de ello y no tiene por qué pagar nuestra mala leche ni escuchar según qué insultos sin motivo ni razón.

Como segunda reflexión. Estoy realmente cansada de escuchar estereotipos sobre la juventud de nuestro país. Este idiota lo primero que hizo fue hacer referencia a la juventud de la cajera.

No dudo que nos parezca que una parte de nuestra gente joven, deja mucho que desear, exactamente igual que cuando nosotros éramos jóvenes y oíamos a los abuelos diciendo que acabaríamos todos en el arroyo, que se había perdido el respeto y bla, bla, bla… que a su vez era lo mismo que le decían a ellos sus padres.

La frase: “Si se me ocurre contestarle a sí a mi padre, me parte la cara de una bofetada” no es de esta generación, ni de la mía, ni siquiera de la de mis padres que tienen 93 años… Es de antes.

Así que mejor pongamos las cosas en su justo contexto.

Tengo un hijo de 25 años y una de 33 y son personas trabajadoras, responsables y educadas pero lo que quiero resaltar no es cómo son ellos, no.

Lo que quiero poner en valor es que además de ellos dos, sus amigos, sus compañeros de colegio, sus compañeros de trabajo, sus conocidos ¡son iguales!

No dudo que haya energúmenos jóvenes igual que el   de esta mañana que ya no cumplía los setenta. Pero eso no es la regla, eso no es lo común.

Lo normal son personas jóvenes que estudian, que se divierten, que trabajan, que son educados, que son responsables, que tiran para adelante en el día a día y que se muerden la lengua ante personas groseras, como la cajera de esta mañana, porque saben que su trabajo depende de ello.

Sería bueno que pensáramos que una minoría no tiene derecho a tener más resonancia en la sociedad que una mayoría, aunque ésta sea silenciosa.

  A día de hoy, he conocido a muchos más jóvenes con criterio y responsabilidad que a candidatos a “descerebrado del año” y estoy segura que ustedes también.  Si hacen recuento de los jóvenes que conocen, sus hijos, familiares, amigos de familiares y personas de su entorno, la mayoría es gente normal y corriente, que está estudiando, que trabaja en algo ó está buscando trabajo, que tiene intereses como todo el mundo y que lleva una vida normal, en definitiva.

 


Torneo Abierto de Ajedrez – Vic 2006
Club Ajedrez Vic, Torneo Abierto de Ajedrez – Vic 2006, sala de juego

Otra imagen de la misma sala de juego
Antes de finalizar deseo dar las gracias a Lluís Ureña, presidente del Club Ajedrez Vic, que ha cedido la mayor parte de las fotografías que hablan de su club, con el objeto de poder completar con más relieve este artículo. Artículo que en gran medida tiene como objeto recordar a todos aquellos jugadores y dirigentes del Club Ajedrez Vic que hicieron posible el auge del Ajedrez en toda la comarca de Osona. Así, pues, nuestro modesto homenaje y recuerdo hacia ellos.
Joaquim Travesset
6 Agosto 2012

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